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Antes de viajar a Cartagena, Natalia Ochoa, Virreina Nacional y actual Señorita Antioquia, pensaba que ser reina era fácil. Hoy desempeña a cabalidad las responsabilidad de tener el título de la segunda más bella del país.
¿Cómo cambió tu vida desde ese día?
“Fue radical. El Concurso Nacional de la Belleza trabaja con muchas fundaciones y muchos niños, y esa labor de reina es la que te va cambiando la forma de ver la vida. Uno aprende y valora mucho más lo que posee, porque son muchas las historias que te ponen a pensar de verdad y te muestran cómo pueden llegar a ser las cosas. En lo personal he cambiado pero para bien, he mejorado mucho”.
¿Pensaste que era fácil ser reina?
“En algún momento sí. Pensé que era solo sonrisa, pose y ya, pero realmente no lo es. Yo me lo gozo, y no se me hace tan difícil, pero exige mucho trabajo, son muchas horas viajando y cada comunidad que visitas te enseña algo. Hay cosas que me han afectado de verdad al punto de llorar, pero al final del día es una satisfacción personal saber que estás ayudando a otra persona que realmente lo necesita”.
¿Qué diferencia hay entre ser Señorita Antioquia y ser la Virreina Nacional?
“Uno cuando está en Cartagena es una más del grupo de chicas que está compitiendo por la corona. Yo me sentía más paisa que nunca y realmente se siente el peso de todo un departamento. Fui con la convicción de que Antioquia sí podía quedar en un muy buen puesto y lo logré. Hoy ya represento a un país entero, abres tus posibilidades de colaborar a mucha gente y la responsabilidad es mayor”.
¿Cómo es la rutina de la Virreina?
“Es dura, no tanto como la de la Señorita Colombia, Ariadna Gutiérrez, pero sí es de levantarse a las 5:00 a.m. y viajar por todo el país. He conocido La Guajira, Huila, Bucaramanga y otras ciudades, sin contar con ir a Cartagena mil veces y Bogotá otras 500 (risas), siempre trabajando por la gente”.
Ya vienen nuevas niñas con el sueño de representar a Antioquia, ¿qué tienes para decirles?
“Que la que quiera hacerlo que lo haga. Nadie le puede derrumbar los sueños a nadie. El ideal es ir a disfrutarlo, aprovecharlo, vivirlo y gozarlo. El aprendizaje es enorme”.
¿Cuál es el secreto para
llegar lejos?
“La autenticidad. Ser una misma. Con solo eso y buena actitud se puede llegar muy lejos, como Paulina Vega, la Miss Universo, tuve la oportunidad de conocerla en Cartagena y es así, ella no cambia. Es un ejemplo a seguir”.
Vas para Miss International, ¿cómo vas
con ello?
“Sí, más o menos en octubre o noviembre viajo a Tokio, Japón, para traerme la corona de Miss International, que es el certamen donde participan todas las virreinas del mundo. No sé qué pasará si gano, ni las funciones de Miss International, ni la fecha exacta pero igual voy a ganar, luego miramos qué se hace (risas)”.