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¿En algún momento se ha puesto a pensar cuántas imágenes ve al día en redes sociales? Personalidades del mundo del arte, la música, la fotografía, el deporte, el cine y la cultura comparten a diario sus inspiraciones, y además sus amigos, su círculo de conocidos y hasta de trabajo generan cotidianamente conceptos y tendencias que cada quien asimila a su manera e influyen, aunque usted no lo crea, en su forma de vestir.
La escritora especializada en historia y teoría del estilo y la moda Vanessa Rosales argumentó en su tesis La mirada digital de la moda que “las representaciones pictóricas de la moda actual se encuentran en las imágenes digitales”, toda una transformación que se evidencia en el estilo y los grupos de tendencias.
Las llamadas tribus urbanas son un fenómeno que empezó a generarse en Europa en las décadas del 40 y 50. Los jóvenes veían en estas una posibilidad diferente de expresión, se alejaban así de cualquier norma que en general no les agradara y encontraban un núcleo de afectividad que intensificaba sus vivencias personales.
Hoy estos hechos se han ido depurando y cada quien busca en la moda lo que más le guste, mediados, como se mencionó antes, por las nuevas corrientes tecnológicas, las imágenes que a diario se buscan en redes como Pinterest o Instagram.
Según William Cruz Bermeo, docente de la facultad de diseño de vestuario de la UPB, “el término de tribus urbanas es hoy revaluable ya que las nuevas tecnologías hacen que dichos movimientos carezcan de lo fundamental que los hizo darse a conocer, el encuentro persona a persona, por lo que se debe hablar mejor de movimientos urbanos. No son tan fuertes como sus predecesores, pero sí marcan tendencia en cuanto a moda y estilo de vida”, sostiene.
Cuando nacieron tribus urbanas como los dandi, los emos o los hippie, los unió una misma razón de diferenciarse o establecerse como distintos frente a todo lo que culturalmente dominaba, “especialmente frente a los modos de proceder de su generación precedente”, señaló Cruz.
Hay que tener en cuenta que estos modelos respondieron a condiciones del entorno sociocultural de cada momento.
Estos movimientos, a pesar de los años, no son inmutables en el tiempo, se han ido transformando conforme a las distintas corrientes y generaciones que asumen parte de sus ideas, gustos y apariencia. Eso sí, en medio de los cambios todavía existe conexión con lo que les dio origen, que es la búsqueda de una identidad particular. Así se ven actualmente.
Pusieron de moda las gafas de pasta, el estilo vintage y la defensa del medio ambiente. Usaban jeans pitillo, accesorios como broches, cinturones y camisetas con logos de bandas musicales. Rechazaron el consumismo y se denominaron cultos. “Los hípsters de ahora tienen mucho de eso, pero hay una actitud un poco burguesa en ellos que se manifiesta en un estilo de vida que no es para nada barato”, señala el profesor. Hoy se ve un hípster con gafas de aviador, sacos gruesos, se permiten mezclas entre ropa nueva y anticuada y usan tenis. Adam Levine es un ejemplo de esa renovación hípster.
Nacido en los 90, el grunge tiene mucho de Kurt Cobain y Nirvana, música que cohabitó con el rap y con el metal.
Camisetas escocesas, jeans rotos y desgastados, zapatillas converse y pelo largo y un tanto descuidado eran los símbolos de esta tribu.
“Hay algo que sobrevive, es como una emergencia por el grunge. Parte de ese desengaño puede empezar a latir ahora con el endurecimiento de ideas políticas nacionalistas que se consideraban enterradas ya”. Johnny Depp representa ese grunge un tanto sofisticado que se resiste a morir y que añade los bordados y estampados florales, una prenda encima de otra, ropa desteñida y las camisetas con mensaje.
Los skaters fueron un movimiento muy ochentero, los amantes de los deportes extremos cuyo primer referente fue el monopatín. Vestían de manera cómoda para poder hacer maromas en las patinetas. Las marcas de zapatos comenzaron a diseñar tenis planos para ellos. A pesar del tiempo están aún vigentes ya que su estética sigue siendo popular: camisetas anchas con logos o nombres de marcas, gorras y tenis. Hoy le incorporan grandes audífonos y gadgets tecnológicos, además de la chaqueta amarrada en la cintura y los pantalones remangados. Travis Barker, de Blink 182, es un referente actual.
El origen de los raperos se remonta a los años 70, amantes del rap que se cantaba en los barrios de Nueva York. Camisetas sueltas, tenis de marca y grandes accesorios en el cuello y las muñecas. Hoy el género sigue vigente y es innegable la relación que tiene con el reguetón que, aunque tiene ritmos más cadenciosos, podría decirse que conserva del rap lo polémico de sus contenidos. En ambos hay mucho de urbano y aunque ya no se ven los grandes collares sí sobresale el brillo en chaquetas, camisetas y tenis, grandes estampados y un par de pañoletas amarradas en la cabeza. “Un ejemplo en la moda hoy puede ser J Balvin, es como la sofisticación o la masificación del concepto”, dice Cruz.