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Comprar un carro tiene un componente emocional. Para muchas personas es la demostración ante ellas mismas y hacia otras personas de su entorno social, de que están progresando, logrando metas.
También en esta decisión debe existir un componente racional. Ese que le indica al potencial propietario de un vehículo si el que está a punto de adquirir es el que realmente le conviene, el que va a satisfacer sus necesidades más allá de la simple satisfacción de haberlo conseguido.
En esta tarea además es importante contar con el acompañamiento de un buen asesor, aquel que, como dice Jorge Andrés Maya, gerente comercial del concesionario Andar, haga una entrevista consultiva a quien está buscando el nuevo carro para saber realmente qué es lo que necesita y en algunos casos incluso sugerirle otras opciones diferentes a lo que tenía en mente, que a veces no responde a sus características.
La edad del usuario, su condición familiar, el tipo de zonas por las que transitaría en su nuevo vehículo, incluso si es un amante de los deportes, de la aventura, o si por el contrario le gusta la vida un poco más sedentaria y es básicamente una persona de tránsito urbano influirán de manera importante en el tipo de carro que debería adquirir y usar.
De acuerdo al estilo de vida es posible definir qué tipología de vehículo debe usar alguien. No se trata, por supuesto, de una camisa de fuerza, porque como dice el adagio popular “para gustos están los colores”.
Sin embargo, el conocer con el mayor detalle posible las condiciones, estilo de vida y prácticas de conducción de una persona no solo le ofrecen a los asesores de venta el perfil más ajustado para orientar sobre el tipo de carro.
También puede convertirse en un elemento que al potencial dueño le garantice que el carro que compra sí va a solucionar su necesidad de transporte, incluso frente a situaciones de potenciales daños.
La información más precisa posible, evita, por ejemplo, que para una persona que requiere un carro que debe cargar determinado peso de manera frecuente, le ofrezcan un vehículo que no tiene esta condición y que terminará con problemas que la garantía no cubre porque se usa en condiciones para las que no fue fabricado.