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Volkswagen apunta a ser, en el año 2018, la primera marca constructora de vehículos en el nivel global. Y como parte de esa visión también quiere aumentar su participación en muchos de los mercados donde está presente, y Colombia hace parte de esa lista.
Una estrategia basada en dos pilares. El primero ya se levantó con la entrada en operación como representante e importador de la marca, de la firma Porsche Colombia (no tiene que ver con la marca de carros Porsche)
Y el segundo pilar de esta estrategia está en desarrollo, a través de la ampliación del portafolio de vehículos. “Volkswagen reconoce en este mercado segmentos importantes en los que puede competir con productos que antes no consideraba”, señala Juan Felipe Bedoya, gerente de Porsche Colombia.
Y como parte de esa ampliación del portafolio, la marca decidió introducir nuevamente en Colombia su modelo Polo. Además presentó una nueva versión de su propuesta SUV de pequeño formato Cross Fox.
El primero, llega para complementar la oferta de carros hatchback (sin el tercer cuerpo del baúl) Con un motor de 1.6 litros y 105 caballos de potencia, el Polo se ofrecerá en cinco versiones, según equipamiento; y con caja automática o mecánica, según versión.
Un primer contacto con el vehículo en vías de Bogotá a Villeta mostró en la configuración de caja mecánica de 5 marchas, un equilibrio en sus relaciones, con una respuesta rápida. En su caja automática de seis marchas, una reacción menos contundente pero que entrega la potencia a lo largo de su escala uniformemente.
Sólido en su apoyo al piso, toma los tramos virados de manera dócil, firme y en asocio de una dirección también predecible. Pero el trabajo de la suspensión se transmite mucho al habitáculo.
El espacio interno desarrollado con plásticos de buena factura, se aprecia sí, un poco justo para sus ocupantes.
Por su parte el Cross Fox, un concepto de auto tanto urbano como para vías de complejidad media en su superficie llega con el motor 1.6 y caja mecánica de 6 marchas o automatizada ASG de 5.
Esta última en su modo sport o el manejo semimanual, ofrece el mejor desempeño, aunque es una caja cuyo funcionamiento debe ser bien explicado o puede generar molestias por la sensación de cascabeleo que puede producir su operación de forma incorrecta.
Una suspensión rígida, pero confortable que incluso en terrenos destapados no se percibe de forma tan ruda al interior del auto permiten que el viaje sea cómodo. De nuevo, como en el Polo, su espacio interno es justo.