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Se presentó hace pocos días en Medellín y ante la prensa especializada nacional, una nueva generación de esta camioneta de grandes dimensiones, muy al gusto norteamericano, en donde tienen especial predilección por este tipo de vehículos de generosas medidas, con abundante equipamiento y potentes motores en los que el consumo no es la principal preocupación.
La Chevrolet Traverse está en el mercado nacional desde finales de 2010 y se hizo muy conocida entre el público porque varios de sus ejemplares se utilizaron para desarrollar los Papamóviles que acompañaron la visita del Sumo Pontífice a nuestro país el pasado septiembre. Esta nueva versión, que llega en referencias Premier ($165.000.000) y High Country ($170.000.000), destaca por el nivel de conectividad, un reclamo que hacen los usuarios más jóvenes en este tipo de vehículos, pensados para grandes viajes o para pasar mucho tiempo a bordo.
Seguridad ante todo
También se incluyen avances en materia de seguridad activa y pasiva como el asistente de frenado automático con detección de peatones, control de crucero adaptativo, alerta de cambio de carril con regreso automático, alerta de colisión frontal y el sistema de visión 360°, consistente en cuatro cámaras que permiten una vista digital cenital del vehículo, proyectada en la pantalla de 8 pulgadas. Este último sistema es muy necesario dado el tamaño de la camioneta y su dificultad para estacionarla en sitios con espacio reducido. En el apartado de seguridad hay siete airbags.
Uno de los sistemas de protección que más nos llamó la atención fue la cámara HD incorporada al espejo retrovisor central, convirtiéndolo en una pantalla de video que proporciona un campo de visión muy amplio hacia atrás, sin que estorben los ocupantes posteriores o el propio vidrio trasero.
¿Y cómo es?
La Traverse acomoda a siete pasajeros gracias a una tercera fila de asientos que, si bien sacrifica capacidad de carga cuando está desplegada (esto se hace con un mando eléctrico), ofrece un buen espacio para quienes ocupan esas butacas, que en otras SUV parecen ser solo testimoniales. Esto se debe en gran parte a que el espacio entre ejes es mayor que en la generación pasada. La capacidad total de baúl con las dos filas posteriores plegadas es de 2.781 litros, curiosamente menos que en el modelo anterior, más 90 litros adicionales en un compartimiento oculto por encima de la rueda de repuesto. En la versión High Country el portón trasero puede abrirse al pasar el pie por debajo del paragolpes, sistema pensado para cuando se llevan las manos ocupadas con paquetes. En ambas referencias el portón se cierra operando un botón desde el interior o en la propia puerta.
En el aspecto exterior, el cambio es en los cromos (versión High Country), las luces LED IntelliBeam D-Optic (luz día), nuevas luces traseras y rines de 20 pulgadas de nuevo diseño tanto para la versión Premier como para la High Country. Mirando la parte lateral y la posterior es imposible no relacionarla estéticamente con una de sus competidoras naturales, la Jeep Grand Cherokee.
En el interior encontramos un techo eléctrico de cristal SkyScape de doble hoja y la posibilidad que los asientos delanteros, de regulación eléctrica, tengan calefacción y ventilación desde el modelo de entrada. El volante también se ajusta eléctricamente en altura y profundidad y puede ir calefactado. Todos los ajustes de las sillas, los espejos y el timón pueden memorizarse. La silla trasera derecha se desplaza para facilitar el acceso a la tercera fila de asientos mediante un sistema denominada SmartSlide.
Siempre conectada
El sistema de infoentretenimiento es el conocido MyLink de 8 pulgadas, compatible con Apple CarPlay y Android Auto. Esta pantalla oculta un compartimiento que puede usarse para guardar objetos de valor. Los pasajeros tienen acceso a siete puertos de carga USB en las tres filas de asientos, hay controles de audio y teléfono al volante, cargador inalámbrico de celulares y puerto de 120V. El sistema de sonido lo firma Bose y se escucha a través de 10 altavoces.
El sistema Chevystar tiene alerta de estacionamiento, que envía una notificación al celular en caso de que se detecte un movimiento del vehículo mayor a 5 metros cuando el conductor lo ha dejado parqueado en algún lugar. Alerta de velocidad, que informa si se ha superado la velocidad previamente programada en el sistema. Así se puede tener un mejor control de lo que sucede al prestar el vehículo o cuando conducen hijos adolescentes o jóvenes y función de conserje a bordo, que presta asistencia y puede incluso informar el precio del dólar o realizar una reserva en una sala de cine cercana, e incluso prestar el servicio de recuperación en caso de robo, lo que ha permitido, hasta la fecha, recuperar más del 90% de los vehículos hurtados en Colombia que cuentan Chevystar activo.
Motor
El propulsor que anima a la Traverse es el V6 3.6 litros que proporciona 310 caballos, esto es 31 unidades de potencia más que la versión anterior. Este motor es el mismo que lleva el Camaro Six, el deportivo de entrada a la marca fundada en 1911. Los 360 Nm de torque se entregan desde muy abajo en el tacómetro, sacando a la camioneta de la inmovilidad sin ningún problema y con un sonido ronco muy agradable en aceleraciones en vía abierta. Además, el peso final se ha reducido en 200 kilogramos con respecto a la Traverse anterior.
La caja es nueva también. Se trata de la Hidra-Matic de nueve velocidades, que en marcha se asemeja a una unidad de transmisión continua variable CVT, pero sin ser tan plana como esta. Siempre está en el cambio adecuado e incluso, y según los requerimientos del acelerador, puede saltarse relaciones y pasar, por ejemplo, de segunda a cuarta o de sexta a tercera basada en la lectura que haga de nuestro pie derecho sobre el pedal. El sistema Start / Stop, que apaga el motor en detenciones prolongadas y que es casi imperceptible, ayuda a mejorar el consumo de carburante hasta en un 18%, según voceros de la marca.
La transmisión tiene el sistema AWD conmutable, que permite escoger a voluntad y mediante un selector en la consola central, el modo de tracción entre 4x2 (a las ruedas delanteras), 4x4, off-road y tráiler. Tiene doble embrague que detecta cuál de las ruedas traseras esta patinando y envía hasta el 100% del torque a la rueda con más tracción. La capacidad de remolque es de 2.5 toneladas
En marcha
EL COLOMBIANO tuvo oportunidad de conducir esta SUV durante su presentación en ciudad y vías del oriente cercano del departamento. El arranque, sin llave, es muy ágil, con entrega inmediata de potencia. El manejo en zona urbana no es difícil aunque siempre hay que vigilar el tamaño ante la invasión de motos y bicicletas a los carriles y las típicas imprudencias de quienes las conducen, el flujo de peatones, bordillos, bolardos y demás obstáculos fijos y los estacionamientos reducidos. Aunque la visibilidad es muy buena hacia todos los costados, si necesita un vehículo solo para uso eminentemente urbano, tal vez este no es su carro.
Pero donde más se siente a gusto la camioneta es en vía abierta, en autopista, donde rueda muy bien gracias a la potencia del motor y lo bien relacionada que tiene la caja. Las suspensiones están calibradas muy a los caprichos norteamericanos, esto es, una resortería más enfocada al confort y al rodaje tranquilo, aunque en zonas destapadas se siente firme y relativamente capaz, sin ser un 4x4 puro y duro. La sensación de seguridad, pese al tamaño del carro, es superlativa.
Los asientos, amplios y cómodos, con los traseros divididos tipo copiloto y con anclajes para sillas infantiles, no dejan mal acomodado a ningún pasajero. La climatización es tipo cuatrizona, con salidas independientes para los ocupantes de las sillas posteriores. La sensación de calidad general es buena aunque hay algunos detalles en plástico rígido que podrían mejorar.
Hacer sobrepasos no supone inconveniente alguno, así como alcanzar velocidades de crucero superiores a la media donde la vía lo permite. La caja desciende en las marchas sin el típico kick down o sacudón propio de las transmisiones automáticas de pocas relaciones. En la mayoría de ocasiones, ni siquiera se detecta el momento en el que se hacen los cambios, y como lo dijimos, el sonido del motor invita a las alegrías con el acelerador.
Los frenos se muestran potentes y seguros. Detienen el vehículo en distancias adecuadas y no dieron muestras de fatiga en la prueba. El consumo promedio fue de 28 kilómetros por galón, normal si consideramos el tamaño y la potencia de semejante motor.
Nos hubiera gustado que la versión que probamos (Premier) tuviera el sistema de apertura de portón por sensor de pie o el de parqueo asistido y el control crucero adaptativo, algo que tienen camionetas de mucho menor precio.