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Cada día, sin importar el segmento, en los automóviles la tendencia es aumentar el número de relaciones en sus cajas de cambios. Se trata de un proceso de evolución que también está impulsado por la necesidad de las firmas automotrices de ser mucho más eficientes con el consumo de combustible, ante las exigencias de cuidado del bolsillo de la mayoría de usuarios en el mundo, y de generar un menor impacto al medio ambiente.
“Al principio tal vez eran tres. Hacia delante, hacia atrás y la neutral. Pero la construcción de mejores carreteras para velocidades más altas, o el ascenso de pendientes con mayores inclinaciones obligaron a introducir en las cajas de velocidades mayor número de relaciones que permitiesen atender esos requerimientos. En principio tres hacia delante, luego cuatro y finalmente hasta seis en las cajas manuales”, explica el ingeniero y gerente de Autotest, Ricardo Vásquez.
Al tener más relaciones el proceso de conducción era más placentero y también más eficiente. Pero en las cajas mecánicas ahora el problema era la necesidad de una constante manipulación para mantener el régimen de motor cercano al punto de potencia máxima.
Así, aparecieron las cajas automáticas. Pero en principio también eran de pocos cambios y su consumo de combustible era alto porque su operación electrohidraúlica no permitía más relaciones.
“Los vehículos automáticos cuando tuvieron cuatro cambios tenían unas relaciones de caja diseñadas para terrenos planos y por lo tanto no se comportaban muy bien en terrenos con topografía quebrada, como la que se presenta en Medellín y en Colombia, tanto en ascenso como en las bajadas, pues ocasionaban desgaste prematuro de frenos y mucho consumo combustible”, anota Jorge Enrique Pérez, el ingeniero mecánica y experto en temas automotrices.
Pero con la incorporación de la electrónica, esto se convirtió en una posibilidad y aquellas cajas automáticas de 4 o 5 cambios parecen estar pasando a mejor vida desde el punto de vista técnico.
Como lo explica el ingeniero Pérez, “con las cajas triptónicas empezaron a evolucionar las cajas duales -aquellas que siendo automáticas también permiten un cierto control del conductor en la selección de las marchas- a mayor número de cambios y ahora se ven hasta de nueve marchas; esto ocasiona que las relaciones sean mucho más cortas y por lo tanto el motor trabaja más descansado porque hay que revolucionarlo menos.
Agrega Ricardo Vásquez que el pasar de una marcha a otra con estas cajas logra mantener el motor en un régimen de revoluciones cercano al del cambio anterior, haciendo que la entrega de potencia a las ruedas sea más uniforme.
“Es decir, si tenemos el motor en un régimen de máxima potencia, este continua cercano a él, o si por
el contrario se busca la máxima economía también continua en ese modo”, amplía Vásquez.
Con el desarrollo de estos elementos electrónicos y también de la incorporación de nuevos materiales y aleaciones en su construcción, las cajas de cambios también han perdido peso, una ventaja a la hora de evaluar el desempeño del carro que debe mover una masa de menos volumen.
Y en el futuro, con carros eléctricos, los cambios van hacia su desaparición.