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Ya sea en el transporte cotidiano entre la casa y el sitio de trabajo o estudio, o en viajes de mayor recorrido, la gran mayoría de los conductores tiene en la música una fuente de compañía mientras manejan su carro.
Con el aumento del parque automotor en las ciudades, los recorridos se toman en muchas ocasiones un tiempo mayor, y para mitigar esos minutos, echar mano de un cd, o también de los dispositivos electrónicos modernos de almacenamiento de música o el teléfono inteligente se convierten en la opción para relajarse un poco de trancones, pitos, motores acelerando y el impacto del clima.
¿Es una actividad segura? Explica el sociólogo y profesor de tecnologías de la información y comunicación del Politécnico Grancolombiano, José Duarte, que no es tanto escuchar música, sino cómo se hace, lo que puede generar distracción al manejar.
Explica que los vehículos actuales en su mayoría disponen de elementos tecnológicos que facilitan la gestión de música en sus sistemas de sonido desde el volante, pero cuando ya entran a actuar elementos como los teléfonos inteligentes que almacenan música en streaming, sí se puede generar ya un factor de distracción.
Y aunque la música en sí no es un factor de riesgo, sí se recomienda que, de acuerdo con algunos factores que determina el momento de la conducción, cuál es el tipo de música que mejor se adapta y no genera una reacción contraproducente en una actividad que exige un alto nivel de atención como manejar.
Duarte plantea que, por ejemplo, al manejar en trayectos largos por autopistas, con trayectos rectos se puede correr el riesgo de entrar en etapas de microsueños.
“En estos viajes largos lo más aconsejable es evitar el tipo de música relajante. Mejor ritmos que pongan más en alerta los sentidos”.
Pero si la conducción se da en medio de los ya frecuentes tacos o trancones citadinos, la sugerencia de una voz experta señala que, por supuesto lo mejor es la música que a quien conduce le gusta, pero en un volumen que permita crear un ambiente relajado y que evite que no se preste atención a señales del entorno que son necesarias para poder fluir en medio del tráfico de manera segura.
Aunque considera que no existe un tipo de música que haga que la conducción pueda ser más agresiva, sí señala que antes que el ritmo, se deben tener en cuenta en la conducción otros factores como los factores personales, de motivación o comportamentales de quien maneja, y ahí la música sí podría ser un factor que canalize esas actitudes.