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De la casa a la oficina. Y de la casa a la aventura. Así se podría resumir la tendencia de un segmento que ha comenzado a ganar participación en el mercado automotor desde hace unos siete años.
Ese tipo de carros, que sin dejar de ser vehículos urbanos tienen en su diseño y ciertos elementos de su construcción la apariencia y preparación para ir un poco más allá del asfalto, pero sin ser tampoco unos modelos 4x4 todoterreno.
Ubicados en el llamado segmento B (a partir de los $30 millones), estos modelos apuntan a usuarios citadinos de lunes a viernes, pero que viajan por carretera y enfrentan algunos caminos de destapados livianos en sus días de descanso.
Modelos como el Volkswagen Crossfox, el Fiat Uno Way y el Renault Sandero Stepway, hacen parte de ese grupo de automotores que a punta de mayor altura al piso, un diseño más agresivo en sus áreas frontales, pasos de rueda más prominentes y algunas molduras bitono se diferencian de sus plataformas más urbanas.
En días recientes Renault presentó la nueva generación de la Stepway. Desarrollado sobre la nueva plataforma del sedán Logan y el hatchback Sandero.
Este modelo presenta varias novedades desde el punto de vista de construcción, con una reducción de peso de 70 kilos frente a la generación anterior; de motorización, al incorporar un nuevo conjunto motriz de 16 válvulas, que entrega 105 caballos de fuerza (el motor 1.6 de 8 válvulas se encuentra aún en el Sandero tradicional); y también incorpora novedades en tecnología, con la inclusión del sistema Medianav para sus sistemas de sonido, navegación e indicaciones de conducción más eficiente y limpia.
Con la incorporación de la nueva motorización, el Sandero Stepway gana más suavidad y confort en la conducción en condiciones de trafico urbano, y a su vez una respuesta más ágil y rápida al avanzar o bien en carreteras de topografía quebrada, como las de Antioquia, y para situaciones de adelantamientos y sobrepasos.
Un motor que exige una conducción alrededor de las 3.500 revoluciones por minuto para sacar el provecho que puede tener su configuración mecánica.
De su generación anterior conserva la habitabilidad que los caracteriza, y presenta una evolución en su diseño, más moderno y con un desarrollo más aerodinámico.
De hecho, alcanza un indicador de coeficiente de penetración de 0.35. No es una flecha, pero sí mejora su rendimiento y agilidad, en especial en carretera, con una velocidad máxima señalada por sus ingenieros de 172 kilómetros por hora.