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De sus 76 años, Carlos El Gordo Benjumea le ha dedicado casi 60 a la actuación, entre la televisión, el cine y diversos formatos teatrales, en especial el Café Concert, para el que ha escrito entre 30 y 50 obras. No sabe el número exacto y tampoco le interesa contarlas.
Por todo esto, en la edición 33 de los premios India Catalina, que se realizará durante el Festival Internacional de Cine de Cartagena, se le rendirá un homenaje con la entrega del galardón Víctor Nieto a toda una vida en la actuación.
Desde muy temprana edad Benjumea sabía que quería desempeñarse como creador de personajes. Estudió en la Escuela Nacional de Arte Dramático y se consagró con una carrera de papeles inolvidables, en producciones como Yo y Tú, Vendaval, La Guerra de Guerrita, Fuego Verde, La Madre, Hasta que la plata nos separe y Allá te espero.
Cumplió otro sueño cuando inauguró La Casa del Gordo, donde montó con gran éxito, durante más de 25 años, obras bajo el formato del Café Concert, mientras que en el cine nacional ha dejado una profunda huella, participando en filmes como El taxista millonario, la película más taquillera del país por años; El río de las Tumbas, El inmigrante latino, Esposos en vacaciones, Padre por accidente y Perder es cuestión de método.
En total pasa de 58 años de vida artística, con la que influenció a gran parte de su familia: sus hijos Carlos Ernesto, Marcela, Luis y Paola, quienes heredaron su talento y hoy siguen su legado.
Continúa trabajando tanto en la televisión como en
el teatro...
“Terminamos una telenovela el pasado 15 de noviembre y estoy terminando de escribir una obra de teatro llamada Seven, también terminamos otra obra que se llama Abajo el telón y estoy escribiendo una autobiografía, que por ahora se llama Así fue. Ando ocupado todo el tiempo, intento no darle tiempo al tedio ni que lleguen los momentos de aburrimiento, porque ahí si estaríamos mal”.
¿Continúa realizando el Café Concert?
“Lo seguimos desarrollando, porque es como un hijo. Además me encanta escribir, como Seven, que es una historia sobre los siete pecados capitales, sin pensar si la podía hacer o no, la hice más por el placer de escribirla, porque me entusiasma hacer, ese estilo de trabajo me gusta mucho”.
Y la famosa Casa de Gordo, un proyecto teatral también muy recordado...
“Me marcó mucho, era algo que siempre quise hacer pero no sabía cómo, por lo que fue maravilloso, con sus aciertos y errores, ir descubriendo cosas que ni siquiera sabíamos que existían. De hecho, solo hasta que le comentamos la idea a alguien con experiencia internacional, nos dijo que lo que nosotros queríamos hacer, se llamaba en el mundo Café Concert”.
El cine es un capítulo importante en su vida...
“Lo que se hizo fue crear un personaje, que fue El Gordo. Él navegaba a través de las historias y eso fue lo que lo hizo agradable. Fue un capítulo importante en mi vida y creo que también en la historia del cine nacional”
¿Un personaje del cual no se separó?
“Lo tengo tatuado y la gente lo tiene muy presente en su vida. Siempre me lo recuerdan con cariño y afecto”.
¿También hay muchos recuerdos de Julio, su personaje en Ver para aprender?
“Es de los personajes que más he querido en mi vida, pese a que me llegó como una limosna. Cuando me lo dieron fue una cosa casi por salir del paso: ‘Hágale ahí a ver qué puede hacer’, sin muchas expectativas. Lo increíble es que esas cosas que parecen llenas de lástima, pueden convertirse en verdaderos premios de la vida”.
Más de cincuenta años en la televisión, ¿cómo ve la producción del medio hoy en Colombia?
“Me parece maravillosa, porque cada día estamos más cerca del cine. Además, con mi reciente trabajo en producciones como La ley del corazón, me he encontrado con el gran talento y profesionalismo de la gente joven, lo cual me agrada, lo admiro y lo valoro mucho. Había momentos en que me quedaba viéndolos trabajar y se me olvidaba que yo también estaba trabajando”.
Siempre ha trabajado con talento joven...
“Uno no puede olvidarse que un día también comenzó. Si uno considera que la gente joven no sirve, es porque ha perdido el tiempo en esta vida y en especial en este arte. Este trabajo tiene mucho de transmisión de conocimiento oral, en escena, ensayo tras ensayo, y es allí donde intento poner mi experiencia al servicio de los jóvenes”.