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¿Quién ocupará al fin el codiciado Trono de Hierro de Poniente? Esta pregunta ha cruzado las cuatro temporadas anteriores de Juego de Tronos y ahora, con el estreno de la quinta temporada, sigue martillando en la cabeza de los millones de fanáticos que la serie ha acumulado en los 193 países donde se transmite.
Hay quienes quieren ver al justo Jon Snow liderando un ejército triunfal que ocupe la capital, Desembarco del rey, y la depure de su corrupción rampante. Otra horda de fanáticos prefiere pensar que será la madre de los dragones, Daenerys Targaryen, quien recupere lo que es suyo por derecho no sin hacer barbacoa de la carne de los Lannister, los usurpadores liderados por el viejo Tiwyn, quien fue asesinado al final de la temporada anterior mientras hacía sus necesidades en el retrete.
Pero también están los que prefieren dejarse llevar por los giros inesperados de la trama y no descartan que personajes como Bran, de la casa Stark, se convierta en la figura central de esta saga de héroes y monstruos o que incluso el amado Tyrion Lannister, escale a posiciones más elevadas a pesar de su reducido tamaño. Quién sabe qué nos espera a lo largo de esta temporada que acaba de empezar y de la cual ya se filtraron en Internet los primeros cuatro capítulos.
No es raro que esto le suceda a un estreno tan comentado y esperado a lo largo de un año, es más, es casi un alivio que de entrada puedan apreciarse cuatro capítulos de golpe pues muchos seguidores de la serie, como yo, podrían encontrarse muy decepcionados de los livianos acontecimientos del primer capítulo.
Conservando la estructura acostumbrada de la mayoría de capítulos de la serie, la apertura de la quinta temporada se encarga de presentarnos breves escenas en las que intervienen algunos de los personajes principales entablando diálogos que revelan lo que será la decena de capítulos por venir: una serie de intrigas que se irán entretejiendo lentamente hasta desencadenar en uno o dos clímax sanguinolentos gracias a los cuáles vamos a pensar que se trata de la mejor serie del momento, aunque en el fondo de nuestros corazones sepamos que otros títulos más recientes ya la han superado (Miren por favor y sin cuartel la primera temporada de Daredevil).
De esta manera, y cuidado que a partir de acá no respondo por spoilers, este primer capítulo aterriza en las honras fúnebres que se le rinden en Poniente al viejo Tywin y nos deja conocer cómo terminó de salvar el pellejo ese enano adorable que cruzó el mar encerrado en una caja de madera, rodeado de estiércol de corderos. También, nos conmoverá la búsqueda que un inmaculado del ejército de Daenerys emprende por los burdeles de la ciudad de Meereen, solo para encontrar la muerte a manos de un clan que será la pesadilla de la reina, Los hijos de la arpía, quienes sin duda preparan un golpe de estado que bañará de sangre la mitad de la temporada.
Y Jon Snow, el otro héroe aclamado por la fanaticada, también se deja ver durante este capítulo entre las murallas del Castillo Negro donde Stannis Bartheon conspira para aumentar las filas de su ejército con la horda de salvajes que viven en las tierras más allá del muro. Su ambición de conformar un ejército vencedor necesitará del apoyo del bastardo Jon Snow pero quizá el líder de los salvajes no le facilite esta tarea, lo que probablemente postergará una vez más esa violenta confrontación entre reinos que desde la primera temporada se dice que va a estallar sin que hasta el momento reviente, como todos los seguidores del ancho mundo queremos, una guerra sin cuartel, una orgía de sangre, una saga épica en la que los héroes desenvainen sus espadas durante más de cinco minutos.
He comprobado a lo largo de cuatro años ya, que Juego de Tronos ayuda a cultivar la virtud de la paciencia. Uno escoge sus personajes favoritos y espera verlos atravesar sus horas más oscuras, vencer sus terrores, vengar a sus muertos... sin embargo, este premio no llega tan fácil ni tan rápido. Para tener el placer de ver que una espada se clave en el corazón del enemigo, que una copa envenenada borre del mapa al rey más odiado o que un dragón escupa su fuego sobre la carne de los infames, tendremos que soportar una buena dosis de diálogos tediosos y escenas cuyo único propósito es alardear de la variedad de los sets de grabación y el vestuario de los extras –la quinta temporada se rodó en cinco países y necesitó de más de mil extras-.
El título de este primer capítulo opera como un augurio muy claro: Las guerras que vienen, lo que significa que ese invierno que se anuncia desde el año 2011 todavía no llegará del todo.