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Una Titán antioqueña
María Lyriam Rivera recibió un reconocimiento por su labor educativa con su Fundación.
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Después de este premio, María Lyriam seguirá brindando su apoyo con su fundación. FOTO Cortesía Caracol
16 de diciembre de 2014
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María Lyriam Rivera es una mujer que inspira serenidad y bondad. Su voz es pausada y su mirada maternal, que se ilumina cada vez que habla sobre su fundación Camino de Esperanza y Progreso y su trabajo con los niños, con el que se ganó el premio de Titanes Caracol en la categoría de educación.
¿Cómo empezó todo?
“La idea de empezar surgió a raíz de un trabajo social que yo hacía con una comunidad de familias que estaban en la droga que habitan el sector de Niquitao. Allí surgió el interés de tener una casa para empezar un proyecto educativo para los niños. Se fue iniciando, formando y organizando hasta lo que es ahora”.
¿Cuál es el enfoque de la ayuda que usted brinda a estos niños?
“Nuestro enfoque principal es brindar educación a los niños, un derecho muy vulnerado a través de los mismos padres, los profesores en el colegio y muchos otros aspectos. La idea es que ellos no dejen el estudio y logren terminarlo”.
¿Qué se les enseña a los niños en la fundación?
”Además de la educación académica, se les brinda conocimiento en la danza, el teatro y la música, porque son un complemento del trabajo educativo, les ayuda a ser disciplinados y contribuye al desarrollo de los talentos que tienen los niños. La mayoría de ellos tiene padres consumidores de drogas y estos los ponen a trabajar, lo que genera que los niños le cojan pereza al estudio. Estos niños no terminan ni siquiera una primaria, y el ideal es que completen su formación”.
Para usted, esta fundación es com una hija, ¿cómo la vio nacer y cómo la ve hoy?
“La vi nacer en mi corazón, la sentí en mi corazón y de parte de Dios. No ha sido fácil, ha sido muy luchada y ha sido algo muy bonito porque me ha costado. Sobre todo cuando he tenido momentos tan difíciles”.
¿De qué momentos difíciles habla?
“Muchos. El no tener plata para pagar un arriendo, no tener con qué pagarle a una persona para que me colaborara. Depender solo de voluntarios, que son un tesoro y su ayuda es muy valiosa, pero la institución también requiere de una persona que devengue un sueldo para que así mismo tenga la responsabilidad de ser constante con ella, y muchos otros con los que uno se encuentra en el camino”.
¿Hacia dónde quiere llegar con la fundación?
“Quiero llegar hacia cosas muy grandes. Quiero que se convierta en una gran institución que sea una megaayuda para muchas familias. Siento que la fundación va a ser algo muy grande”.
¿Qué es lo más importante para usted en la vida?
“No apartarme de Dios, ir con Él de la mano y seguir haciendo su voluntad en la fundación. Y acompar a mi familia”.
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