Como los campesinos tienen para el trabajo un gen dominante, muchos de los que participaron en el Desfile de Silleteros se quejaban ayer de cansancio, de dolores varios, de sueño, pero en lugar de reposar, estaban trabajando.
Tobías Londoño Atehortúa, el hijo de Candelario y Doña Chon, los de El Porvenir, estaba a las nueve de la mañana, haciendo tiempo en su casa, conversando con su esposa Luz Marina Hincapié, antes de bajar a atender la floristería que tiene por la Placita de Flórez.
Decía que cargó su silleta tradicional, de unos 50 kilos de peso, colmada de pensamientos, pascuitas, geranios, agapantos, miniclaveles, en fin, las flores que veía uno en la tierra cuando era niño, porque como es silleta tradicional, no podía incluir ninguna de...
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