Una parte del cuerpo de
Samuel Bocanegra desapareció en un abrir y cerrar de ojos, y con ella sus ilusiones de salir adelante durmieron por un tiempo en su mente.
Pero así como cayó tras pisar una mina antipersona en Putumayo en 2001, tuvo la valentía y fuerza para levantarse y seguir luchando por sus ideales solo por una razón, hacerle entender al mundo entero que "aunque la discapacidad no se puede esconder, cuando hay vida no existen limitaciones para conquistar lo deseado".
Sin su pierna izquierda, pero "arropado por Dios", el exsargento de la Policía Nacional, asegura que despertó de la adversidad para ser testimonio y ejemplo a seguir por medio del deporte.
Y lo está consiguiendo, al ser el único triatleta con discapacidad de Colombia en medírsele a un Ironman, en el que se recorren 3,8 kilómetros de natación, 180 de bicicleta y 42 de atletismo, o sea, una maratón, como la que disputó el pasado domingo en Medellín.
El deportista que corre con prótesis, y beneficiado por la fundación United for Colombia, se puso la meta de llevar un mensaje de superación.
Fue así como obtuvo su título de abogado, estudió en el campo de las Ciencias Políticas y la Filosofía, es docente y además múltiple medallista, como lo certifica la fundación que lo abriga.
Fue campeón nacional en tiro deportivo, y luego se convirtió en un atleta motivador de alta montaña, en las calles, y un amante el deporte, en el que lleva consigo el lema "la discapacidad no existe".
"Cuando se pisa una mina antipersona no solo se pierde una pierna o un brazo, también el contexto familiar y social. Pero cuando hay manos amigas hay que reconocer lo sucedido y empezar de nuevo, ya que hay que ponerle el pecho a una nueva vida", dice el bogotano, que hoy estará presente en una nueva competencia internacional: su tercer Ironman, en Lake Tahoe, California, Estados Unidos.
En el 2012, en Texas, fue tercero de su categoría; el año pasado, en La Florida, primero, y en la general terminó en la casilla 1.235 entre 3.000 competidores élite.
Retirado del servicio militar en 2003, el padre de Daniela, Soranlly, Alejandro y Karime, indica que la vida es como una prueba deportiva, de permanente lucha, y lo que hace tiene que ver con darle esperanza a los seres que también han caído como él.
"El impedimento siempre va a estar en el corazón y la mente de la persona", señala Samuel mientras hace una pausa, toma aire y prosigue.
"Correr es el mayor orgullo que le puedo dar a todos los que han perdido las esperanzas y la fe, cuando dicen ya se acabó todo, ya no puedo más, esto es lo último. Yo les digo que no, que sí se puede seguir adelante".
Aunque ha logrado importantes triunfos, a Bocanegra lo menos que le importa es un resultado; para él, lo fundamental es llegar a la meta.
"No importa cuántas veces se caiga una persona, lo importante es pararse de todas ellas", señala lleno de energía y deseo. Su carrera continúa, atrás quedó ese episodio, y no se lamenta, prefiere ser un ejemplo de superación.