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HISTÓRICO
Mulas con personalidad y paso fino
Jose Guillermo Palacio | Publicado
Cada día son más los amantes del caballo de paso fino que se bajan de los mismos para disfrutar de la suavidad del paso de la mula. Y es que en Colombia y en el mundo de la mula, ese insuperable animal de carga o silla, son muchas las cosas que están pasando.

En el país los campesinos y empresarios o enamorados del campo en general están de retorno a sus tierras. Fincas que se creían irrecuperables hace cuatro o cinco años, ahora gozan de buenas condiciones de seguridad y la gente está invirtiendo de nuevo en el campo.

Esa situación, en buena parte, lleva a que la mulada colombiana esté en buenos pastos y manos. Esa mula resabiada, hija de burro barato y yegua pateadora, "desangarillada", cerrera y mañosa, gracias a un excelente trabajo genético, está siendo remplazada por mulas hijas de excelentes burros y yeguas de la mejor calidad, incluso yeguas campeonas de paso fino en las mejores pistas nacionales e internacionales.

Ejemplos de lo que aquí se escribe, para ir más allá del cuento de que la letra puede con todo, es el trabajo genético que adelantan el médico veterinario Demetrio López, administrador de la finca El Progreso de la U de A, localizada en el corregimiento El Hatillo, de Barbosa, y don Ovidio Osorio, una especie de biblia sobre mulares, quien tiene su criadero en Girardota.

Demetrio maneja toda una colección de burros ases. Además cuenta con un excelente banco genético con las mejores pajillas de burros y, de presta servicios a yeguas para hacerles el respectivo chequeo veterinario, inseminarlas o servirlas con alguno de los burros de la finca.

Y por supuesto, la pasión va más allá. Los lujos de la oficina central de Demetrio y su esposa Lilian son varios cuadros y fotografías de mulas y burros, alguno de ellos ya muertos, como Cosiaca, que dejó como herencia algunas de las mejores mulas de paso fino en la historia reciente del país.

A don Ovidio, quien además es toda una autoridad en caballos de paso, el andar seguro, suave y cómodo de la nueva mulada, lo bajó de sus yeguas y caballos campeones para disfrutar de las grandes cabalgatas, paseos o jornadas de trabajo a lomo de mula. Si usted tiene cualquier inquietud sobre mulares o la historia de los mismos ahí está don Ovidio, que se la resuelve. Si don Ovidio le da una cita o va a una de sus conferencias, lleve café o guarito que la historia de este animal comienza en el Génesis. Toda una pasión.

"Usted la mula la puede programar, grande o pequeña; de trabajo o de silla. Una mula, hija de una excelente yegua y un buen burro, bien arrendada, briosa y con buen jinete, hace lo que se le pida", dice don Ovidio.

Sobre el cuento de que la mula más mansa mata al arriero, don Ovidio afirma que es tema mandado a recoger. La mula es un animal defensivo, no agresivo, comenta. Los antiguos arrieros siempre andaban armados con un garrote y garrote porque sí o porque no contra su recua. El resultado no podía ser otro. Al ver el garrote encima la mula pateaba y su pata siempre será más rápida que la mano del hombre, precisa este cultor de mulas.

Puede incluso asegurarse que la mula tiene personalidad, es inteligente, reconoce a su arrendador o propietario, responde a sus llamados y lo lleva como a un niño en el día o en la noche; en medio de la lluvia o la neblina; por el plan o por escarpados precipicios. "La mula siempre irá cauta y segura. Si su jinete o arriero no la obligan a un mal paso, ella jamás lo dará", argumenta Demetrio.

Una mula llegará con su carga o su jinete mucho más allá de donde pueda llegar un caballo. Además de la pista, también da gusto ver un ejemplar bien entrenado arreando el ganado sin atropellarlo, o doblegando al más bravo de los toros cuando hay que ponerle la soga en los cachos.

La mula es un animal con presente y con futuro seguro, sobre todo en Antioquia, departamento tradicionalmente mulero, donde hoy se plantan cientos de miles de hectáreas de bosques comerciales y donde las estancias paneleras y otros proyectos agroindustriales vuelven a ver su horizonte despejado.

Con toda seguridad, la mula por su gran resistencia, la cual supera de lejos a la del caballo, será protagonista en la explotación de estos recursos, sentencia Demetrio.

En consecuencia, el negocio de criar mulas, para pista, ganadería o carga, resulta bastante atractivo.

Para ello hay que poseer una yeguada muy seleccionada y verdaderos señores burros, inteligentes, de excelente talla, paso de campeones y alzada insuperable, criollos o extranjeros.

Si se decide por meterse al mundo de las mulas no de muchas vueltas ni repita errores pasados, asesórese de autoridades en el tema. Después de ver caminar a un buen ejemplar, respondiendo a la rienda de manera majestuosa, hay que convencerse de un hecho "en Colombia tenemos las mejores mulas de silla del mundo", remata Demetrio.
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