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Aguas Claras da otro paso para limpiar río Medellín

Hacia el 2025 se proyecta construir otras plantas de tratamiento más pequeñas en Girardota y Barbosa.

  • A la planta de tratamiento de Aguas Claras solo le faltan concluir obras no sustanciales, es decir, que no inciden en los proceso que allí se realizan. FOTO esteban Vanegas
    A la planta de tratamiento de Aguas Claras solo le faltan concluir obras no sustanciales, es decir, que no inciden en los proceso que allí se realizan. FOTO esteban Vanegas
24 de marzo de 2018
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En seis meses concluyen las pruebas y, de inmediato, la planta de tratamiento Aguas Claras operará a pentitud, luego de seis años de construcción.

Ese es el plazo que estima Jorge Londoño de la Cuesta, gerente general de EPM, tardará el proceso de verificación de las cuatro fases que componen esta estructura.

“Lo que empezó el jueves es el ensayo del funcionamiento de las rejas de entrada en la fase preliminar, con las que grandes materiales, como troncos, colchones, quedan atrapados”, explicó el funcionario. También se observará el comportamiento del sistema de bombeo del líquido de la fase preliminar a la primaria.

Este ensayo se realizará durante las próximas dos semanas, tras lo cual se suspenderá el ingreso del caudal durante un tiempo similar, para analizar si es e necesario hacer ajustes en los equipos, agregó.

“Más o menos vamos a ir avanzando en cada fase durante un mes, hacemos ajustes en algunos controles, analizamos si hay que volver a calibrar algunas máquina. Este sistema tiene cientos de controles en todo el proceso. Por eso lo que nos tomamos de aquí en adelante son los seis meses de pruebas y de inmediato entra a funcionar la planta”, agregó Londoño.

Lo que falta

Las obras civiles de Aguas Claras ya concluyeron y solo están por terminar aspectos que no inciden en el proceso, como pavimentación de algunas vías internas y siembra de jardines.

El proyecto, adjudicado al consorcio Aguas de Aburrá HHA, tuvo un retraso cercano a los tres años y no estuvo exento de controversias jurídicas.

Fue encargado por EPM en 2012, como parte de su programa de saneamiento del río, y con él se busca que el 75 % de las aguas de este afluente reciban un tratamiento para reducir su contaminación.

El plan consiste en recolectar las aguas residuales y llevarlas -mediante un sistema de ductos- a las plantas de tratamiento de San Fernando, en Itagüí (sur) y la de Aguas Claras, en Bello (norte) , donde se les hace un tratamiento para removerles la contaminación disuelta, tras lo cual se devuelven al río Medellín.

Cuando la estructura norte funcione a plenitud, se estima que el “oxígeno disuelto en el río Medellín a un promedio de 5 mg/l, característica propia de un río descontaminado”.

“Hacia mediados de la próxima década estaríamos desarrollando otras plantas más pequeñas para Girardota y Barbosa, que son los únicos que quedan sin el tratamiento”, dijo Londoño.

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