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¿Es posible hablar de fraude en Colombia?

Cuestionar a las instituciones puede ser peligroso, más cuando falta menos de una semana para las elecciones presidenciales.

  • El candidato Gustavo Petro ha denunciado un posible fraude electoral faltando muy pocos días para las elecciones presidenciales, al parecer como estrategia electoral. FOTO juan Antonio Sánchez
    El candidato Gustavo Petro ha denunciado un posible fraude electoral faltando muy pocos días para las elecciones presidenciales, al parecer como estrategia electoral. FOTO juan Antonio Sánchez
22 de mayo de 2018
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Denunciar un fraude a pocos días de la primera vuelta presidencial es un asunto mayúsculo porque, entre otras cosas, menoscaba la legitimidad de las instituciones. Sin contar que puede generar violencia entre los electores.

Todo empezó con las declaraciones de Gustavo Petro, quien advirtió de un posible fraude soportado en lo sucedido al Partido Mira en 2014 y en algunas diferencias entre el preconteo y el escrutinio en la última elección al Congreso.

Para entender si en Colombia es posible que se configure un fraude, consultamos con algunos analistas quienes advierten que una maniobra de ese tipo es muy difícil que suceda.

Carlos Arias, docente de comunicación política de la Universidad Externado de Colombia, asegura que el fraude en Colombia “es común y es posible, pero no en el nivel central, allí hay a quien responsabilizar. En las regiones, en cambio, es donde se comete el fraude a través de la alteración de formularios. En las registradurías locales el proceso no está blindado”.

En ese sentido el constitucionalista Juan Manuel Charry coincide en que “en el país no es fácil hacer un fraude electoral centralizado desde la Registraduría. En estos años en el país hemos avanzado muchísimo en cuanto a nuestro sistema, este ofrece garantías, permite observadores y en el pasado reciente no hemos tenido quejas importantes de fraude. Puede haber corrupción al elector que es más difícil de manejar, el sistema no es perfecto, pero las posibilidades de cambiar las elecciones desde la organización electoral son prácticamente nulas”.

Si bien la denuncia parece muy difícil de ejecutar, la sospecha se levanta en los electores y puede generar hechos de violencia como lo explica la politóloga de la Universidad del Rosario, Bibiana Clavijo: “que los candidatos no crean en la institucionalidad, deslegitimen los resultados antes del proceso y hagan este tipo de aseveraciones, implica que en un país tan polarizado como el nuestro el electorado puede continuar dividiéndose hasta terminar en hechos de violencia”.

De hecho, Charry enfatiza en que la campaña de Petro “sistemáticamente utiliza la plaza pública como elemento de presión, en este caso, en contra de la organización electoral, en el pasado a los órganos de control para frenar su destitución. Una estrategia criticable y peligrosa”.

Diego Cediel, profesor de la facultad de Derecho y del programa de Ciencia Política de la U. de La Sabana, sostiene que la denuncia implica desconfianza en las instituciones, porque el imaginario lo permite. “En el fondo lo que está planteando el candidato es que hay una élite corrupta, que según él está representada por Germán Vargas Lleras, que tiene por costumbre trastornar los resultados de las elecciones, es una declaración más política que una denuncia judicial”,dijo.

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