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Que la guerra comercial entre Estados Unidos y China traiga a valor presente el sentimiento generado en el momento de la Guerra Fría implica que la disputa va más allá del tema comercial y lleva a pensar en la posibilidad de creación de un nuevo orden mundial.
Pero el quid del asunto recae en que esta “guerra” no es la causal del nerviosismo político, sino hace parte de un cúmulo de decisiones de Donald Trump, frente a otros aspectos. Por ejemplo, con referencia a Corea del Norte o Siria que enrarecen el panorama, según explicó el internacionalista de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo Jassir.
De hecho, las críticas hacia China son de vieja data, reconocieron expertos consultados por EL COLOMBIANO; específicamente sobre aspectos como la devaluación de la moneda, la propiedad intelectual y los bajos salarios que como políticas han afectado al mundo.
Esta situación histórica es reiterada por María Alejandra González-Pérez, profesora del Departamento de Organización y Gerencia de Eafit, quien sostiene que la relación tensionante es una puja “comercial, diplomática, y ambos han estado fortaleciendo su posición en multilaterales y creando diferentes alianzas”.
Con Trump, se han materializado temores por el tipo de relaciones diplomáticas que este mandatario ha tenido con los demás países que puedan redundar en un desequilibrio del sistema, según lo ha expresado tangencialmente la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Vale recordar que “Trump no está haciendo nada distinto a lo que prometió en campaña”, afirmó el experto en Geoeconomía y profesor de la Universidad Eafit, Óscar Eduardo Medina. Sin embargo, lo que cogió frío al mercado fue que pocos pensaron que se iban a hacer realidad con comportamientos tan agresivos (ver Informe).
Desde la OMC, el director general, Roberto Azevêdo, dijo ayer que alentaba a que los miembros continuaran trabajando “a través de los foros de la OMC para encontrar mecanismos para enfrentar las preocupaciones y explorar soluciones potenciales”, afirmó.
“Quebrar los flujos de comercio pondrá en riesgo la economía global y la recuperación económica”, recalcó el director.
De acuerdo con la OMC, China es el país que más exporta (13,2 %) y el segundo que más importa (9,8 %), mientras Estados Unidos tiene una posición inversa de 9,1 % en ventas al mundo y 13,9 % en el ingreso de mercancías.
Desde el lado de Colombia, la relación, al menos comercial, es profunda con ambas naciones. Estados Unidos es el primer socio en exportaciones, solo el año pasado implicó 10.540 millones de dólares, de 37.800 millones, es decir el 27,9 %. China es el segundo, con 5,3 % y 2.004 millones.
“Por eso la posición o tomar partido es complicada comercial y diplomáticamente”, no solo para Colombia, sino para América Latina, explicó González-Pérez.
Lo que se prevé en afectaciones al país se está dado por rebote “si Estados Unidos cierra su frontera para los productos chinos, el asiático buscará ponerlos en otros mercados a precio de liquidación”, recalcó Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
La recomendación es que la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) ahora más que nunca esté alerta sobre la llegada de productos chinos .