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El diseño de la aeronave, la pericia del piloto, los protocolos de emergencia y el seguimiento de las instrucciones de la tripulación, fueron las claves para que los 99 pasajeros y 4 tripulantes que viajaban en el vuelo AM2434 de la empresa Aeroméxico sobrevivieran al accidente que se presentó el pasado martes en horas de la tarde.
Cuando el avión se encontraba en la pista habría sido afectado por una cortante de viento, motivo por el que volvió a descender bruscamente en medio del despegue y tocó tierra con el ala izquierda, según explicó el gobernador del estado de Durango, José Rosas Aispuro. Esa colisión de una parte del fuselaje con el suelo provocó que se desprendiera el motor de este lateral. Luego del choque, se habría desplazado por el terreno aledaño al aeropuerto hasta quedar a 300 metros de la pista.
Según informaron las autoridades, solo dos personas sufrieron heridas de gravedad. Una menor de edad, quien tiene quemaduras de primero y segundo grado, y el piloto Carlos Galván Meyran, quien fue operado en la noche del martes por una lesión cervical.
Mediante un comunicado la gobernación de Durango explicó que la posición horizontal en la que quedó la aeronave permitió que se desplegaran los toboganes de emergencia para que las 103 personas que estaban en su interior salieran “con rapidez” antes de que este se incendiara. Por su parte, medios internacionales como la BBC reseñaron la importancia de los protocolos de seguridad de la tripulación y el seguimiento de los pasajeros a esas indicaciones.
Al respecto, el instructor de vuelo de la Escuela de Aviación JEC, Julio Consuegra, comentó que “cuando un avión se incendia muchos de los pasajeros mueren debido a la inhalación de gases tóxicos, pero en este caso no pasó y el terreno donde cayó ayudó a que el avión no estallara” y agrega que los aeropuertos tienen un Plan de Acción de Emergencia para ocho kilómetros a la redonda con el fin de atender incidentes como este.
Por su parte, el docente de aviación Carlos Callejas atribuyó al diseño de las aeronaves, la pericia de los pilotos y el trabajo de las auxiliares de vuelo la posibilidad de que en percances como este la mayoría de las personas salgan con vida. Además, hace hincapié en la importancia de los auxiliares, ya que son personas que se entrenan para tener una respuesta inmediata en una situación similar y salvar la vida de los pasajeros.
Se trata, entonces, de un accidente que llama la atención por la cantidad de personas involucradas, “pero demuestra que la aviación es cada día más segura. Quienes trabajan en esto son personas profesionales que se preparan diariamente para responder a estas situaciones”, concluye Callejas.
Fue tal impacto que ocasionó que hashtags como “el milagro de Durango” y “sobrevivieron 103” se volvieran virales en México y la noticia le diera la vuelta al mundo.
Aeroméxico explicó que en el avión viajaban 88 adultos, 11 menores de edad, entre ellos dos bebés. De estos, 64 personas fueron dadas de alta ayer. La empresa también dispuso de un protocolo de atención a los afectados y sus familiares.
La Comisión de Accidentes e Incidentes de la Aeronáutica Civil de México realizará una investigación para conocer las causas del hecho.