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La Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) confirmó la detención en Paraguay del brasileño Eduardo Aparecido de Almeida, alias “Pisca”, jefe regional de la organización criminal Primer Comando de la Capital (PCC) para Paraguay y Bolivia.
El brasileño contaba con seis órdenes de captura de su país por delitos relaciones con el tráfico de drogas y armas, asociación criminal, secuestro y homicidios, según informó la Senad.
Durante el allanamiento a la vivienda, en Asunción, el jefe regional intentó huir por la parte trasera de la casa, donde fue detenido por los agentes que ya controlaban esa calle.
Las primeras pesquisas tras el registro de la vivienda en la que estaba alias “Pisca” apuntan a que residía en el país con su familia ubicada en un barrio rico de Asunción.
Esta vivienda es propiedad del exjugador de Cerro Porteño Roberto Nanni, según informaron los medios locales.
Más capturados
Junto a Aparecido de Almeida fueron apresados otro ciudadano brasileño, que se presume colaborador, y un policía paraguayo en activo, de 27 años, que prestaba sus documentos de identidad al jefe regional del PCC y operaba como personal de seguridad.
La fiscal Lorena Ledesma, de la Unidad Especializada en la Lucha contra el Narcotráfico, precisó que el joven facilitaba “sus datos de identidad para que el ciudadano brasileño se movilice en el país”, gracias a su parecido físico.
De esta manera se explica que en el Departamento de Migraciones no conste la entrada del brasileño en el país, aunque sí tienen constancia de la llegada de su hija, según Ledesma.
La Senad informó que Aparecido de Almeida será trasladado en las próximas horas a Ciudad del Este, en la frontera con Brasil, para expulsarlo de Paraguay y entregárselo a las autoridades del país vecino.
Asimismo, los agentes tienen constancia de que Aparecido de Almeida y su familia visitaron “lugares turísticos y comerciales dentro del país” y llevaban “una vida tranquila”, según el titular de la Senad.
En el registro de la vivienda, las autoridades se incautaron de 102.000 dólares y casi cinco millones de guaraníes (unos 876 dólares) en efectivo, coches y motos de alta gama, relojes, facturas, varios teléfonos móviles y tarjetas chips, pero no encontraron armas, como precisó la fiscal.
El operativo se desarrolló gracias al intercambio de información entre la Policía Federal de Brasil y la Senad paraguaya.
“Estamos sacando un eslabón demasiado importante del sistema delictivo del PCC”, dijo Vera a los medios congregados en la vivienda.
De acuerdo con las autoridades brasileñas, el PCC, que nació en las prisiones de Sao Paulo, ya actúa prácticamente en todo Brasil y su número de integrantes creció en los últimos cuatro años en casi seis veces, desde unos 3.000 en 2014 a cerca de 20.000 en 2018.
Pese a que la gran mayoría está concentrado en Sao Paulo, con unos 11.000 integrantes, los tentáculos de la organización al parecer se extienden a países como Paraguay, Bolivia, Colombia, Guayana y Perú.