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El Senado de Brasil destituyó este miércoles a la presidenta Dilma Rousseff por violar las normas fiscales y tiene un mes de plazo para abandonar el Palacio de la Alvorada.
De los 81 senadores presentes, 61 han votado a favor del ‘impeachment’ y 20 en contra. Se necesitaban 54 votos para hacer real esta medida que confirma a Michel Temer como presidente hasta el 1 de enero de 2019.
El pleno del Senado irrumpió a cantar el himno nacional en el momento en que se anunció la decisión, pero fue interrumpido por una nueva votación, la de la inhabilidad.
Los congresistas entonces votaron por mantener los derechos políticos a Rousseff, pues hubiera podido ser inhabilitada por ocho años, según las leyes en Brasil. Rousseff tiene 68 años y sólo podría volver a presentarse a unas elecciones a los 76 años de edad.
En la votación, 42 senadores se inclinaron por inhabilitar a Rousseff, 36 votaron a favor de mantenerle los derechos y 3 abstenciones, por lo que no se alcanzó los dos tercios (54 votos) de la Cámara Alta necesarios para aprobar este tipo de mociones
Rousseff fue hallada culpable de alterar los presupuestos mediante tres decretos no autorizados por el Parlamento y de contratar créditos a favor del Gobierno con la banca pública, lo cual ha negado durante todo el proceso, que califica de “golpe”.
De “ruptura constitucional” y “golpe” hablaron este miércoles los senadores que hicieron la última defensa de la mandataria, que llegaron a tildar de “canallas” a aquellos senadores que apoyaban la destitución.
“Esto es una farsa, farsa, farsa. Es un proceso basado sólo en pretextos que será juzgado por la historia”, afirmó el senador del Partido de los Trabajadores (PT), Lindbergh Farías.
Replicó el senador Ronaldo Caiado, del derechista partido Demócratas (DEM), quien afirmó que “canallas son los que se enriquecieron ilícitamente, canallas son aquellos que quebraron Petrobras, canallas son aquellos que dejan a Brasil en una situación crítica”.
La destitución de Rousseff confirma en el poder a Michel Temer, quien completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019, para el que Rousseff había sido reelegida en octubre de 2014.
Temer se alista para dirigir a Brasil
Rousseff aguardaba la noticia en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia que aún ocupa, pero que deberá desalojar en menos de un mes tras su destitución.
Mientras Temer conoció la decisión en el Palacio presidencial de Planalto, vecino a la sede del Parlamento, al que debe dirigirse esta tarde para asumir el cargo que ocupa interinamente desde el pasado 12 de mayo, cuando se instauró el proceso y la mandataria fue suspendida de sus funciones.
Ya como nuevo presidente de Brasil, tiene previsto viajar esta misma noche o durante la madrugada del jueves hacia China para asistir a la Cumbre del G20, que supondría su estreno en el ámbito internacional, inmediatamente después de ser confirmado en el poder.