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¿Perdura el legado del Che tras 50 años de su muerte?

El icónico guerrillero fue asesinado en Bolivia el 9 de octubre de 1967. Hoy su influjo no parece ser el mismo.

  • Plaza de la Revolución en Cuba. FOTO DONALDO ZULUAGA
    Plaza de la Revolución en Cuba. FOTO DONALDO ZULUAGA
¿Perdura el legado del Che tras 50 años de su muerte?
09 de octubre de 2017
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“Póngase sereno y apunte bien: va usted a matar a un hombre”, el soldado Mario Terán se sintió entonces abrumado por el peso de la historia, como aire pesado en el rústico cuarto de La Higuera, Bolivia, en el que debía segar la vida del más famoso guerrillero del siglo XX. Como relató décadas después, tuvo que dar primero un paso atrás y cerrar los ojos para disparar la primera ráfaga contra Ernesto “Che” Guevara.

Este cayó al suelo y empezó a derramar sangre. Terán no esperó y lanzó el tiro de gracia. El cadáver quedó con una expresión tranquila y soñadora que mantuvo incluso hasta que los humildes habitantes de Vallegrande lo vieron exhibido en un lavadero de hospital.

Tal vez esa tranquilidad era legítima. El Che sabía que sus ideas iban a trascender su muerte. Desde entonces su imagen se reprodujo por el mundo como símbolo de la lucha de los oprimidos. Pero 50 años después de su asesinato, ¿qué legado internacional deja?

Para Mauricio Jaramillo Jassir, internacionalista y docente de la Universidad del Rosario, los tiempos han cambiado en muchos sentidos, y “mientras que el Che perdura en el imaginario popular como símbolo de resistencia —en especial durante crisis del sistema capitalista—, ya hasta políticos de izquierda prefieren no reivindicarlo, dado que en el escenario actual, moderado y pragmático, se castiga el radicalismo”.

Ahí se explica que, aunque se mantiene hoy como figura popular, su legado ya tiene matices y debe ser visto como resultado de su época, con un mundo polarizado. Hasta su faceta más polémica, la del asesinato de presuntos represores del derrocado Fulgencio Batista, en los primeros meses de la revolución (1959), podría ser vista bajo la lupa de un mundo violento y dividido por Guerra Fría.

Por eso para el politólogo Hasan Turk, “en el Siglo XXI el Che ha perdido mucha influencia y aunque sigue como fuente de inspiración, es visto ya como un ícono de la Guerra Fría, que en la época actual no está para propiciar revoluciones, sino solo para simbolizarlas”.

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