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Tranquilidad en La Habana tras anuncio histórico

  • Muy temprano, en la mañana, los pioneritos (niños) fueron a las escuelas y los miles y miles de trabajadores del Estado a las fábricas, restaurantes y hoteles. FOTO JORGE IVÁN POSADA DUQUE
    Muy temprano, en la mañana, los pioneritos (niños) fueron a las escuelas y los miles y miles de trabajadores del Estado a las fábricas, restaurantes y hoteles. FOTO JORGE IVÁN POSADA DUQUE
  • En El Vedado, cerca al malecón, donde está la oficina de intereses de los Estados Unidos, más cubanos madrugaron hacer fila para alcanzar una cita y lograr la visa. FOTO JORGE IVÁN POSADA DUQUE
    En El Vedado, cerca al malecón, donde está la oficina de intereses de los Estados Unidos, más cubanos madrugaron hacer fila para alcanzar una cita y lograr la visa. FOTO JORGE IVÁN POSADA DUQUE
  • Los policías van y vienen, las guaguas, los carros de los 50, los ladas y algunos turistas. FOTO JORGE IVÁN POSADA DUQUE
    Los policías van y vienen, las guaguas, los carros de los 50, los ladas y algunos turistas. FOTO JORGE IVÁN POSADA DUQUE
18 de diciembre de 2014
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Un día después del anuncio de Raúl Castro de que se restablecían las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, El Colombiano recorrió las calles de La Habana.

Muy temprano, en la mañana, los pioneritos (niños) fueron a las escuelas y los miles y miles de trabajadores del Estado a las fábricas, restaurantes y hoteles.

En La Habana Vieja, Daniel González, estudiante universitario, este jueves dice que en Cuba hay alegría pero que la euforia vendrá en los próximos días cuando presenten en público a Gerardo, Ramón y Antonio.

Lo mismo asegura Margarita: “el partido va organizar un evento para recibir a nuestros héroes antiterroristas”.

En El Vedado, cerca al malecón, donde está la oficina de intereses de los Estados Unidos, más cubanos madrugaron hacer fila para alcanzar una cita y lograr la visa.

Alrededor de 300 personas, desde las 5 de la mañana, siguen esperando. Piensan que más rápido vendrá la aprobación para poder entrar al país vecino. Allá donde están sus hermanos, padres, primos, tíos, hijos, amigos, parientes, conocidos; todos cubanos que un día salieron de manera legal o en balsa y cruzaron las 90 millas.

“Vamos a ver, bueno, vamos a ver si esto por fin mejora”; expresa una cubana de unos 60 años quien se esconde del sol con una sombrilla.

Donde sí hubo cantos, lágrimas, poemas, consignas y marchas, fue en la Ciudad Escolar Libertad del municipio de Marianao. En este segundo día de intenso sol, del frente frío, un maestro de escuela, de este complejo que un día fue casa de Fulgencio Batista, recuerda que ayer (miércoles), después de los discursos de Castro y Obama, salió con los estudiantes de secundaria a marchar por el campus.

Junto con los pioneritos recordaron la canción Mi Maestro de Polo Montañez. “Esto es un triunfo para Fidel que va a traer las mejores noticias para Cuba y Latinoamérica en 2015”, dijo otra maestra.

En otra parte de la ciudad, así también lo entiende Claudia (nombre cambiado por solicitud), para quien este cambio ya se veía venir por las decisiones de Raúl Castro.

Cuenta que primero acabó con la reelección indefinida, segundo nombró a un vicepresidente que no es de los héroes de la Sierra Maestra, que va a unificar la moneda “y ya no habla en sus discursos, a pesar del respeto que tiene por su hermano, de patria o muerte”.

“Es que Fidel se ocupó de la política internacional mientras se cerraban fábricas y los ingenios de azúcar. Ahora Raúl entendió, de manera muy inteligente, que había que empezar a recuperar el país y hacer cambios, paso a paso, que deben llevar a que las cosas mejoren”, me dice esta cubana sentada en una heladería de El Vedado.

Es firme creyente de que Cuba puede seguir siendo autónoma pero “como un país con social-socialismo como Vietnam y China; un poco más abierto al mundo”.

Ahora, mientras el mundo se asoma de nuevo a la isla más grande el Caribe, y a su Plaza de la Revolución, en ella se observa una completa tranquilidad. A un lado está la imagen del Che, al otro la de Camilo Cienfuegos, en la mitad, la estatua de Martí.

Los policías van y vienen, las guaguas, los carros de los 50, los ladas, algunos turistas.

Y en el Centro de Prensa Internacional cientos de llamadas se reciben cada hora, sobre todo de Estados Unidos: Desde The New York Times, FOX, la NBC y decenas de medios más, quieren venir a la capital cubana para presenciar el inicio del cambio que en estas calles empezó de una manera tranquila, un poco callada y expectante.

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