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Toda la zona fronteriza de Turquía con Siria es hoy día un polvorín y el Estado Islámico continúa fortaleciendo sus tentáculos en dicha región. Esa idea se reforzó en la comunidad internacional tras el atentado del sábado contra cientos de kurdos que asistían a una boda en la ciudad de Gaziantep.
No en cualquier parte, sino en el concurrido centro de la ciudad, y a las 10:50 p.m, un adolescente de entre 12 y 14 años “se hizo detonar o lo hicieron detonar, en la calle donde se celebraba la boda”, aseguró ayer en rueda de prensa el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Sus afirmaciones están basadas en las pesquisas iniciales de la Fiscalía, que halló restos de un chaleco-bomba desperdigados por el sitio. Allí perecieron 51 personas y resultaron heridas 94, de las que 69 continúan en hospitales —17 en estado grave—.
También se supo que gran parte de los asistentes a la boda eran adeptos al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), grupo que ya había sido atacado por el Estado Islámico (EI) en la ciudad de Suruc, en julio de 2015.
En el discurso de ayer, Erdogan aceptó que su gobierno tiene que redoblar los esfuerzos para responder mínimamente ante la amenaza del yihadismo sobre territorio turco, en especial en su zona fronteriza con Siria.
“Es cierto que últimamente se ha dicho que el EI tenía esa estructura o posición en Gaziantep. Desde luego, ahora nuestras fuerzas de seguridad continuarán con un trabajo aún mucho más intenso”, admitió el presidente turco.
“Este juego canalla que intentan en Gaziantep no va a funcionar. Hay que descifrar las intenciones verdaderas tras estas provocaciones. No vamos a comprometer la unidad, convivencia y fraternidad”, agregó horas después en un comunicado.
Lo cierto es que el yihadismo logró de nuevo aterrorizar a la población de una ciudad tan relevante para el país como Gaziantep, con un estallido que dejó escenas crudas de cadaveres y destrucción.
Tal como informó EFE, una mujer contó a la prensa local que se salvó porque el vecino con el que conversaba en ese momento cayó sobre ella al morir, protegiéndola así de la onda expansiva.
En un dardo directo al gobierno, el partido kurdo HDP, tercera fuerza del Legislativo turco, afirmó en un comunicado que “con los años, Gaziantep se ha convertido en un nido del Estado Islámico”.
“Los vecinos de Gaziantep han estado viviendo en un ambiente en el que los miembros del EI acumulaban armas y organizaban eventos masivos”, asegura el texto del HDP.
¿Qué tan cierta es esta afirmación? En diálogo con EL COLOMBIANO, Hasan Turk, politólogo oriundo de Gaziantep y radicado en Panamá, considero que “no solo lo confirman los kurdos. Inteligencia europea y estadounidense lo llevaban informando desde hace tiempo. La ciudad tiene importancia estratégica por su cercanía a Siria y por ser una urbe con mucha industria y comercio, lo que la hace atractiva a los líderes del EI. Me atrevería a decir que muchos cabecillas están escondidos allá, lejos del conflicto”.
¿Por qué el gobierno turco permitió que el terrorismo permeara esta ciudad? Turk denuncia que “Erdogan sabía de esta amenaza, pero hizo caso omiso. Hay una cercanía entre ambas partes. Tienen enemigos en común como los kurdos y Bashar al Asad. Además, lamentablemente sectores islamistas turcos que apoyan al gobierno también han facilitado la presencia del EI, que hasta ahora había mantenido un bajo perfil”.