viernes
7 y 9
7 y 9
Cientos de judíos, que ya sobrepasan los setenta, ochenta y noventa años, volvieron hoy a Auschwitz, en Polonia, un lugar familiar por el horror, por los alambres de púas y por los hornos de la infamia. Fue en la Segunda Guerra Mundial y muchos de ellos eran apenas niños cuando asistieron a uno de los episodios más sombríos de la historia humana.
Actualmente, con el fantasma del odio expandiéndose por Europa, y con una crisis económica aún latente en la memoria reciente del Viejo Continente, vale la pena, para todos, recordar las lecciones de la guerra, con Auschwitz como uno de sus testigos más vergonzosos.
Mientras esto ocurre hoy, con actos conmemorativos en lo que era el campo de concentración -ubicado a 43 km de la sureña ciudad de Cracovia-, desde Berlín ya se expresaron ayer voces de soldaridad y repudio ante un hecho que no deja de suscitar tristeza.
“Lo que ocurrió en Auschwitz es algo que a los alemanes nos llena de vergüenza, fueron alemanes los que cometieron los crímenes que representaron una quiebra de la civilización”, dijo la canciller de Alemania, Ángela Merkel en un acto organizado en dicha ciudad por el Comité Internacional de Auschwitz.
Varios de los supervivientes de la atrocidad nazi acudieron al evento, entre ellos Eva Pusztai-Fahidi, quien con un discurso conmovió a todos los asistentes y expresó, más claro que nadie, la importancia de construir memoria: “Como todos los sobrevivientes, he llevado como una carga la pregunta ‘¿por qué yo, por qué no me he muerto como los otros?’ Con los años creo haber encontrado una respuesta: estoy viva para dar testimonio de lo que pasó”.
En diálogo con EL COLOMBIANO, José Ángel Hernández, director del Departamento de Historia de la Universidad Sergio Arboleda, definió lo que representa Auschwitz: “Una de las grandes vergüenzas de la humanidad. Sobretodo porque es un ejemplo palpable de que la civilización no garantiza la bondad de los seres humanos. Se creía que Alemania era, antes de la guerra, uno de los países más cultos de Europa. Aún así, fueron capaces de hacer esa barbarie”.
“Se habla que ya aprendimos, que la historia no se repite. La coyuntura actual en Europa, con la crisis económica, es muy parecida a la anterior a la Segunda Guerra Mundial, y que conllevó en parte a semejante maldad. Por este motivo hay que estar alertas para no caer en los mismos errores y aprender al respeto de las diferencias. El riesgo es que hoy día el mundo tiende a extremizarse”.