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Hoy se reúnen dos regiones, con realidades distintas pero con objetivos de progreso y equidad similares. Europa y Latinoamérica, representados por la UE y la Celac. En la segunda cumbre de este tipo desde su inicio en Santiago de Chile en 2013, Bruselas acoge en las sedes comunitarias a los jefes de Estado de distintas naciones americanas y del Caribe.
El título de la reunión, “Modelar nuestro futuro común: trabajar en pos de sociedades prósperas, cohesivas y sostenibles para nuestros ciudadanos”, augura de cierta forma lo que cabe esperar de la misma, aunque no implique en todo caso acuerdos extensivos para ambas regiones.
Esa es la opinión de Andrés Molano, politólogo, docente, y director del Observatorio de Política y Estrategia de América Latina (Opeal): “Es una cumbre ordinaria, ya que estaba prevista y ya ha tenido antecedentes. Además, la Unión Europea tiene toda la institucionalidad, mientras que la Celac es básicamente un foro multilateral. Eso hace que la reunión sea más enfocada en países concretos de A.L. frente al Viejo Continente. Por este motivo, lo que cabe esperar de la misma son diálogos o incluso acuerdos entre la UE y naciones latinoamericanas”.
En este orden de ideas, especial atención suscitará en Colombia lo que expertos como Molano vaticinan sería “el escenario en el cual se firmará el acuerdo para la exención de visados Schengen de corta duración para los colombianos. Eso evidencia que se trata de temas puntuales de naciones latinoamericanas frente a la UE”.
Por otra parte, ante la discordia que genera Venezuela a nivel internacional, Molano cree que este escenario no será donde se expondrá ese malestar: “si bien desde se ha intentado redactar formalmente estas inconformidades, los partidos de izquierda en el viejo continente han impedido esto.”