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El jefe de las fuerzas de E.U. en Afganistán, el general John Campbell, admitió ayer que el ataque del sábado contra un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz, Afganistán, en el que murieron 22 personas, fue un “error” y una “decisión” de la cadena de mando militar.
“Proveímos apoyo aéreo a fuerzas afganas que lo requirieron. La decisión del ataque aéreo fue una decisión de Estados Unidos realizada por la cadena de mando estadounidense”, reconoció el general en una audiencia en el Senado estadounidense.
“Un hospital fue golpeado por error. Nunca marcaríamos como objetivo de manera intencional una instalación médica protegida”, explicó Campbell, quien no reveló otros detalles para dejar que la investigación abierta por Washington siga su curso.
Debido al ataque contra el hospital de MSF, en el que fallecieron 12 miembros de la organización no gubernamental y 10 pacientes, Campbell ha ordenado una revisión de las reglas que justifican ataques en Afganistán.
“Para prevenir nuevos incidentes, he pedido a toda nuestra fuerza que realice una revisión a fondo de todas las autorizaciones operativas”, señaló el general, jefe de los cerca de 10.000 militares estadounidenses desplegados en el país centroasiático.
En una entrevista con la cadena CNN, el director ejecutivo de MSF, Jason Cone, dijo que, a no ser que se aporten pruebas, todo apunta a que el ataque contra el hospital fue “deliberado”, ya que la organización había provisto repetidas veces las coordenadas del centro a las autoridades de Kabul y Washington.
Preguntado sobre si el presidente estadounidense, Barack Obama, prevé disculparse por el ataque, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, eludió una respuesta directa y dijo que E.U. se toma “muy en serio” este asunto.