Llegó el día: Trump hablará hoy sobre Cuba

Es una incógnita la política que seguirá el actual presidente de EE. UU. frente al deshielo con la isla.

Desde diciembre de 2014, mes en el que se anunció el inicio del deshielo, los cubanos han expresado su esperanza. FOTO AfP

Frenar o no el proceso con el que Cuba y Estados Unidos buscaban dar fin a más de cinco décadas de enemistad. Pues bien, el tiempo para reflexionar sobre estas dos opciones llegó a su fin. Desde Miami, el presidente Donald Trump tendrá que anunciarle al país y al mundo la política que seguirá frente a la isla y así resolver un interrogante que se hacían los medios en sus primeros meses de mandato: ¿frenará el deshielo?

Lo anunció ayer su portavoz adjunta, Sarah Sanders: “el presidente viajará mañana a Miami para hacer un anuncio sobre su política hacia Cuba”. No dio mayores detalles, por lo que se mantuvo por otras 24 horas el misterio que lleva meses en Washington. A la pregunta sobre si anunciará un embajador, apenas dijo que no estaba “segura de cuáles son los planes para eso”.

Es de recordar que durante la campaña presidencial, Trump prometió que “revocaría las medidas de Obama a no ser que el régimen de los Castro restaure las libertades en la isla”. ¿Cumplirá la promesa?

Un revés previsible

Durante décadas, una piedra en el zapato para la diplomacia estadounidense fue el aislamiento de Cuba en instancias americanas, hecho que sirvió para alimentar resentimientos contra la potencia.

“La receta dogmática y tradicional del bloqueo no funcionó por mucho tiempo. Una de las razones del cambio de política durante Obama es precisamente la constatación del fracaso de esa política”, consideró Andrés Molano Rojas, director académico del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga.

Uno de los problemas que ha tenido históricamente Estados Unidos con América Latina “es que las relaciones interamericanas pasaban por el tema de Cuba. Con la apertura de Obama se abría la posibilidad para que la agenda regional no siguiera secuestrada por ese tema”, dijo.

En este sentido, el experto anticipó que cualquier decisión que tome Trump frente a la isla, a pesar de que no tenga a la región como prioridad, tendrá impacto sobre las relaciones entre América Latina y EE. UU. “En caso de que vuelva a la política de siempre, del bloqueo, eso sería leído como un mal signo para las relaciones interamericanas”, infiere.

Con Molano coincidió Jake Johnston, investigador asociado del Centro para la Investigación Económica y Política (Cepr), de Washington D.C.

“Hay un consenso en el hemisferio frente al deshielo con Cuba. Se considera que se trata de un paso muy positivo el logrado por Obama al restablecer relaciones con la isla. En este sentido, un posible freno de Trump arriesgará mucho los nexos de Estados Unidos con la región”, explicó.

El experto auguró además que “habrá cambios”, tal como le comentan fuentes cercanas a la nueva administración. Estos han sido solicitados por republicanos como Marco Rubio y Mario Diaz-Balart, ambos legisladores de la Florida, estado donde se hará el anuncio. “La previsión es que Trump mantendrá algunas de las nuevas políticas sobre negocios y viajes, tal como las embajadas, pero volverán distintas restricciones”, advirtió.

Posibles consecuencias

En caso de un freno al núcleo del deshielo con la isla, ¿qué efectos anticipan los expertos? Molano Rojas ve un contexto en el que “con un retroceso por parte de Trump, Cuba se verá forzado a preservar, a toda costa, al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. La isla tiene muchos intereses allí y están vinculados a la supervivencia del chavismo”.

Por el momento, hay que esperar qué anuncia el magnate y si los cambios que se anticipan sí tendrán un impacto real sobre todo el proceso de restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y América Latina.

Entretanto, como destacaron los académicos, otras potencias como Rusia, China y la UE, se abren a Cuba, y Washington podría retirarse de esa dinámica sin reparar en los efectos. El riesgo de que eso ocurra es alto, pues ya la Casa Blanca se aisló del globo en asuntos como la lucha contra el cambio climático.