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Un politraumatismo en la cabeza, el cuello y el torso, producto de la succión de la ventana de un Boeing 737, fue la causa de la muerte de Jennifer Riordan, la única víctima de la explosión de una turbina en pleno vuelo de Nueva York a Dallas, en Estados Unidos.
Así lo dio a conocer ayer James Garrow, director del departamento de salud pública de la ciudad de Filadelfia, quien enfatizó que este evento fue totalmente accidental.
Según detalló Garrow, la explosión de la turbina del vuelo de la aerolínea Southwest causó que partes de metal salieran volando, impactando la ventana y la vida de Riordan, generándole graves heridas.
No solo eso, producto de la explosión, la ventana se rompió y pese a que la víctima llevaba puesto el cinturón de seguridad, su cuerpo salió del avión parcialmente. La aeronave se encontraba en ese momento a 9,7 kilómetros de altura, es decir a 31 mil pies.
Según un informe realizado por el diario The New York Times, la explosión ocurrió solo 20 minutos después de que la aeronave despegara, del aeropuerto Laguardia.
“La mitad superior de su torso estaba fuera de la ventana... Hubo mucha sangre porque fue alcanzada por la metralla que salió del motor después de que explotó”, le dijo al diario Max Kraidelman, uno de los ocupantes del vuelo.
Testigos del accidente contaron que entre tres pasajeros lograron devolver a Riordan, malherida, de regreso al interior del vuelo 1380.
Una de ellas, la enfermera jubilada Peggy Phillips, se encontraba al lado de Riordan y comentó a la cadena ABC los momentos anteriores a la explosión: “Poco después de despegar, escuchamos un ruido muy fuerte y el avión comenzó a temblar de una forma que jamás había sentido”.
No obstante el esfuerzo, para cuando Phillips logró zafar a la mujer de la succión de la ventana, ayudada por dos pasajeros identificados como Andrew Needum y Tim McGinty, ya esta se encontraba inconsciente y sangrando profusamente.
Ante la situación, el piloto aterrizó rápidamente en el aeropuerto de Filadelfia, para trasladar de emergencia a Riordan a un hospital, a donde llegó sin signos vitales.
Las autoridades federales se encuentran investigando las razones de la explosión en la turbina, así como las que permitieron que la ventana se quebrara.
Entretanto, la industria aeronáutica estadounidense lamenta el primer accidente fatal que tienen desde 2009 y la pérdida de una mujer reconocida por su liderazgo en la comunidad de Albuquerque, en Nuevo México .