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Aquarius, el barco que pone a prueba la humanidad de Europa

Italia chocó con sus vecinos ante el tema de un navío con migrantes que se negó a recibir.

Italia chocó con sus vecinos ante el tema de un navío con migrantes que se negó a recibir.

  • Solo hasta la madrugada de ayer, el gobierno italiano dispuso dos barcos para enmendar la tensión que ayudo a crear. FOTO reuters
    Solo hasta la madrugada de ayer, el gobierno italiano dispuso dos barcos para enmendar la tensión que ayudo a crear. FOTO reuters
Aquarius, el barco que pone a prueba la humanidad de Europa
14 de junio de 2018
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Desde febrero del año 2016, con la crisis migratoria europea en pleno apogeo, la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) decidió destinar algunos barcos de su flota a ayudar en algo a paliar, en el mar Mediterráneo, la tragedia que siguen viviendo cada año cientos de miles de migrantes provenientes del África subsahariana, Siria o Afganistán.

Uno de esos barcos, el MV Aquarius, empezó desde entonces a rastrear precarias balsas, siniestros y más que nada sobrevivientes que rescatar, con o sin ayuda de patrulleras europeas. En la noche del pasado sábado 9 y madrugada del domingo 10 de junio, ya como rutina, realizó seis operaciones de rescate.

A pesar de no ser muy grande, tenía tras estas maniobras a 229 migrantes a bordo. Pero la situación empeoró tras una solicitud de la Coordinación de Rescate Marítimo Italiano (Imrcc), para que el barco recibiera a otras 400 personas que estaban en cuatro navíos de la Guardia Costera. Siguiendo sus principios, MSF los recibió, pero pronto se percató de que Italia no se comprometió a brindarles ayuda en puerto seguro.

Tal como relató a EL COLOMBIANO David Cantero Pérez, director de Médicos Sin Fronteras para Suramérica, “el navío tuvo que permanecer casi tres días en mar abierto con los migrantes afuera en la borda, expuestos al clima, y tan hacinados que no se podían acostar para descansar. Por primera vez se nos negó la entrada en Malta e Italia. Antes había dificultades, pero nunca antes nos rechazaron”.

El activista recalcó el “importante gesto de humanidad” que tuvo el gobierno del socialista Pedro Sánchez en España, de abrirles la puerta que otros les habían cerrado. No obstante, recordó que resta un viaje de tres días (1.300 km) con cientos de migrantes para los que escasearán los víveres.

Ayer, tal vez por la indignación mundial suscitada por su negativa a ayudar, el gobierno italiano permitió que dos barcos de la Marina recibieran de nuevo el transbordo de los 400 migrantes que el Aquarius en principio había aceptado llevar, y con ellos escoltar al navío en su camino al puerto español de Valencia. Pero el daño ya está hecho y los efectos parecen ya estar dados según los expertos.

La crisis vuelve a la luz

Como ya se mencionó, en un viraje repentino, las autoridades italianas se negaron a permitir que el barco Aquarius de dicha ONG atracara en sus puertos para poder atender a 629 migrantes. Detrás de ello hay una razón obvia: la llegada de la ultraderecha de Matteo Salvini al poder en Roma.

Su postura propende por cero tolerancia a la entrada de indocumentados, así esto implique, en casos como este, obviar razones humanitarias. Los vecinos europeos reaccionaron. Además del gesto de Sánchez en España, el presidente francés, Emmanuel Macron, criticó el “cinismo y la irresponsabilidad” del gobierno de Salvini, lo que ha elevado las tensiones (ver informe).

Darío Menor, corresponsal en Roma del diario español La Razón, explicó que “esta pugna es apenas el inicio de lo que será el gobierno de Salvini, pero la ciudadanía no se ha opuesto a ello. Por el contrario, ven con malos ojos que Francia critique mientras que cierra sus fronteras a los migrantes que están en Italia”.

Sin duda con Salvini gobernando de facto en Italia –no figura como mandatario, pero lidera el oficialismo y sus políticas–, el debate resurgirá en la Unión Europea. No obstante, Cantero es escéptico de que tal asunto, “que pone a prueba la humanidad de Europa”, sea resuelto con barreras: “gracias a su enfoque de seguridad, la UE ha reducido las cifras. Pero la realidad es que el sufrimiento de dicha población es cada vez mayor, al viajar en condiciones precarias y violentas, mientras que las mafias se ven fortalecidas”.

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