<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Falleció Enrique de Dinamarca, el conde francés que quería ser rey

  • Enrique también fue escultor y publicó varios libros de poemas, algunos de ellos ilustrados por la propia reina Margarita. Foto AFP
    Enrique también fue escultor y publicó varios libros de poemas, algunos de ellos ilustrados por la propia reina Margarita. Foto AFP
13 de febrero de 2018
bookmark

Enrique de Dinamarca, un aristócrata francés enamorado de las viñas y la poesía, falleció el martes a los 83 años sin haber cumplido su deseo de ser rey a pesar de su boda con la reina Margarita.

Henri Marie Jean André de Laborde de Monpezat, su nombre de nacimiento, acumulaba los problemas de salud desde hacía varios años y el palacio anunció en septiembre pasado que sufría “demencia”.

El martes la casa real informó que el príncipe había sido trasladado a su casa para “vivir sus últimos momentos”.

A finales de enero tuvo que ser repatriado de Egipto, donde se encontraba de vacaciones, después de que le detectaran un tumor en el pulmón que resultó ser benigno.

Nacido el 11 de junio de 1934 en Talence, cerca de Burdeos (suroeste de Francia), el joven conde se casó en junio de 1967 con la heredera del trono de Dinamarca, Margarita, que fue coronada en enero de 1972.

Desde el 1 de enero de 2016, el príncipe consorte estaba oficialmente jubilado, liberado de las obligaciones que cumplía con mayor o menor entusiasmo según su humor: aunque a veces parecía aburrirse soberanamente, otras se enfurruñaba sino le invitaban.

Las controversias marcaron su historia en Dinamarca y su relación con el pueblo danés”, estimó su biógrafa Stephanie Surrugue.

En abril de 2015, Enrique se apartó de las celebraciones del 75 cumpleaños de la reina declarándose enfermo, pero días después fue visto en Venecia y fue objeto de las burlas y la ira de la prensa de gran tirada.

Y el verano pasado, hizo saber públicamente que no quería ser enterrado junto a su esposa en la necrópolis real de la catedral de Roskilde, como es tradición en las parejas reales.

Al no haber obtenido el título y el papel que siempre anheló, argumentaba que no había sido tratado como su igual en vida y que, por tanto, no deseaba serlo en la muerte.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD