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María alcanzó la máxima potencia de un huracán mientras avanzaba por el Atlántico este lunes en la noche y comenzaba a azotar a la isla caribeña de Dominica, informaron los meteorólogos.
El “extremadamente peligroso” ciclón alcanzó vientos de hasta 257 kilómetros por hora mientras se encontraba a sólo 25 kilómetros al este sudeste de Dominica a las 0000 GMT del martes, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
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En Dominica, los residentes acudieron más temprano este lunes a los supermercados para abastecerse de lo esencial, ya que las autoridades de la isla advirtieron a las personas que vivían en áreas bajas o a lo largo de los ríos que se trasladaran a tierras altas.
Las Antillas Menores, devastadas por Irma a inicios de septiembre, enfrentan ahora la amenaza de María, que pasó este lunes a categoría 4 a 5, la máxima potencia de un ciclón en la escala de Saffir-Simpson, lo que la hace un huracán “extremadamente peligroso”, según el NHC.
#Maria is now a category 5 #hurricane with maximum sustained winds of 160 mph (260 km/h)- See the special advisory @ https://t.co/tW4KeGdBFb pic.twitter.com/1G6WMaaVEx
— NHC Atlantic Ops (@NHC_Atlantic) 19 de septiembre de 2017
María azota la isla de Dominica
Los residentes de las islas del Caribe, particularmente Dominica, estaban la noche de este lunes bajo los vientos de categoría máxima del huracán María, menos de dos semanas después de que Irma devastara la región.
María se convirtió al caer la noche en un huracán “potencialmente catastrófico” con vientos máximos sostenidos de 260 km/h en su ruta hacia el noreste, que la llevará el miércoles sobre Puerto Rico.
Desde la tarde, los residentes de Dominica -de 73.000 habitantes- reportaban en las redes sociales intensas lluvias, fuertes vientos e inundaciones y marejadas en las costas.
También daban cuenta de árboles caídos y postes eléctricos derribados a medida que se deterioró el clima a lo largo de la jornada.
El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, ordenó a los pobladores que viven en las áreas bajas que evacuaran a zonas más altas.
“No esperen a que el río se desborde para entonces tratar de cruzarlo o caminar a través de calles inundadas”, advirtió en conferencia de prensa.
Las lluvias fuertes en países montañosos como Dominica y Santa Lucía pueden generar deslaves y desbarrancar viviendas.
La isla de Santa Lucía, con una población de cerca de 180.000 habitantes, recibió el embate de María pocos días después de haber recopilado provisiones de emergencia para las islas vecinas azotadas por Irma.
El primer ministro interino Lenard Montoute urgió a los residentes a “mantenerse alerta”.
Pero Santa Lucía parece haber escapado de la furia de María, dijo la organización local de manejo de emergencias (NEMO). No obstante, sí se reportaron deslaves, inundaciones y cortes de electricidad.
Al norte de las Antillas Menores, en Antigua y Barbuda, los residentes pasaron la jornada tapiando puertas y ventanas.
Antigua no sufrió mayores destrozos durante el paso de Irma, pero la mayoría de las casas de su isla hermana, Barbuda, quedaron destruidas y cientos de personas viven aún en refugios.
Ian Edwards, un empresario jubilado de 69 años, contó que tenía todo dispuesto para recibir un huracán debido a que aún no había vuelto a la normalidad después de Irma.
“Volví a podar los árboles hoy y todo lo que necesito es cerrar las contraventanas y rezar para que María sea gentil con nosotros”, dijo a la AFP.