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Islamistas fijan su mirada en Europa
Turquía es el puente de los islamistas con Europa. Ese territorio lo utilizan como sitio de descanso y entrenamiento de sus milicias.
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Con el conflicto en las fronteras, campos de refugiados en su territorio y marcados contrastes en su política, Turquía intenta blindarse del conflicto sirio. FOTOS AFP Y REUTERS -
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11 de enero de 2015
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Para el Estado Islámico (EI), la organización terrorista que hoy trasnocha al mundo, y que por sus atrocidades ha logrado imposibles como poner en un solo bando de combate a naciones tan radicalmente opuestas como E.U., Irán y Siria, no existen fronteras, existen campos de batalla para eliminar “infieles” en el mundo.
A su ambición de crear un gran califato, por lo que invita a sus discípulos fundamentalistas a ejecutar acciones de terror como la de esta semana en París, se suma su interés llegar con sus ejércitos, “en nombre de Dios” a Europa.
Su guerra santa, caracterizada por crucifixiones, decapitaciones, hogueras, lapidaciones, inmolaciones y otra colección de actos de barbarie para producir terror entre cristianos y todo aquel que sea ajeno a sus visiones del Corán, tuvo un capítulo especial el pasado mes de octubre, el cual está vivo en la memoria del pueblo turco. Sucedió el 17 cuando intentó plagiar en Turquía, lo que es para ellos la puerta de entrada a Occidente, a uno de los líderes de la Coalición Nacional Siria (Cnfros), Abu Issa.
El hecho sucedió en la ciudad de Sanliurfa, cercana a la frontera siria, y se vio frustrado poco después por las fuerzas turcas, justo antes de que se generara un escándalo mayor por lo que iba a ser un triunfal operativo de los terroristas. El corresponsal del diario español ABC en Turquía, Daniel Iriarte, explicó a El Colombiano el motivo:
“La operación salió mal simplemente porque al contrabandista que el Estado Islámico (EI) había contratado para que llegara a la frontera con el rehén, no le pagaron al momento de intercambiarlo. Se desencadenó un tiroteo, que alertó a las fuerzas turcas, hecho que frustró el intento”.
A lo de Sanliurfa se unen otros episodios, también en territorio turco como el hallazgo de arsenales, campos de entrenamiento e incluso chalecos especiales para ser dotados con explosivos, que luego utilizan sus discípulos más “sagrados” en actos suicidas .
Los diarios de E.U. siguen con atención estos hechos, al considerar, como cualquiera, a Turquía como una nación crucial en la geopolítica, dada su estratégica ubicación en el mapa, y siendo una puerta que acerca al Estado Islámico con Europa, donde hoy viven, por diversas razones, varios millones de musulmanes. Solo en Francia hay cuatro millones, en su inmensa mayoría ajena y en franco rechazo al terrorismo yijadista.
Sobre el episodio turco The Washington Post, dedicó un artículo al tema, titulado “Intento de secuestro en Turquía muestra el alcance del Estado Islámico”. Asevera que “la proximidad de Sanliurfa con la ciudad siria de Raqqa, autoproclamada capital del califato del EI, ha hecho que la urbe turca se haya convertido en un cuartel de los terroristas, según los opositores sirios. Tal como aseguran, los terroristas van a Turquía a descansar, visitar a familiares y asegurar suministros. Y ahora, como temen muchos, a extender su campaña de persecución contra insurgentes moderados, tal como Abu Issa”.
Trampolín para Europa
El periodista alemán Juergen Todenhoefer, arriesgó su vida para meterse al corazón de la maquinaria terrorista, en Mosul, Irak, y dialogar con un connacional suyo que pelea para el Estado Islámico. “Conquistaremos Europa un día, es cuestión de tiempo. Pero para nosotros es algo seguro, ya que no tenemos fronteras, solo tenemos frentes de batalla”, le dijo.
La inmersión de Todenhoefer ha generado impacto en los medios occidentales, al dejar claro, por reiterada vez, la naturaleza del grupo yihadista. No obstante, expertos consultados por El Colombiano creen que mientras la organización genera con sus discursos horror, planea meticulosamente sus pasos en su estrategia del terror. Y Turquía es la mayor evidencia de esto.
“El EI planea todo con más estrategia de la que se cree. Sabe que Turquía es la frontera con Europa, por lo que no quiere generar preocupaciones, sabiendo que ya la tienen las potencias occidentales. Está aprovechando la ubicación de Turquía como puente desde el que llegan milicianos europeos para el frente. Y podría utilizarlo para enviarlos de regreso”, aseguró a este diario Hasan Turk, docente, politólogo y analista de asuntos internacionales.
“El Estado Islámico está planeando con cautela cualquier ataque a Occidente, por lo que llamaría mucho la atención mundial otra acción menor en Turquía. En dicho país, un ataque, podría frenar su posterior avance y sus objetivos reales contra las potencias”, añadió.
Iriarte, coincidió con Turk, y explicó sus motivos: “Los turcos son el segundo Ejército de la Otan después de E.U. Por lo que parece imposible que el EI pueda aspirar a operar militarmente en el país. No obstante, es cierto que hay muchos simpatizantes dentro de Turquía, algunos de los cuales ya se han unido al grupo terrorista. Y es también verídico el hecho de que la organización tiene fuertes redes logísticas acá”.
“De hecho hace una semana los servicios de inteligencia turcos reconocieron que un conocido Imam se había unido al Estado Islámico. Estas redes sí podrían significar un factor de desestabilización, pero por el momento no es a nivel directo o militar”, agregó.
Presiones y Fronteras
¿Preocupa a Europa el asunto? El 8 de diciembre, una visita así lo evidenció. La responsable de política exterior de la UE, Federica Mogherini, el comisario europeo de política regional, Johannes Hahn, y el comisario de ayuda humanitaria, Christos Stylianides, viajaron a dicho país para ejercer mayor presión diplomática e intentar lograr colaboración de los turcos en este asunto. “La visita es una gran muestra de la importancia estratégica de las relaciones entre la UE y Turquía y de nuestro deseo por seguir adelante con nuestro compromiso”, dijo Mogherini.
Para Iriarte, “en Europa la preocupación es manifiesta. Se calcula que hay más de 15.000 yihadistas occidentales en el EI. Hay fundados temores de que estos terroristas vuelvan a sus países y cometan atentados. Hay, además, en las instituciones comunitarias, mucho malestar diplomático con Turquía por su reticencia a cooperar, ya que su prioridad en todo momento ha sido derrocar al presidente sirio Asad. Parece que el tema del terrorismo es secundario para esta nación, pero para Europa sí es prioritario, por lo que la presión está aumentando”.
Para Damla Dogan, reportera de CNN Turquía, la amenaza del EI, tal como lo dijo uno de sus militantes, pareciera incluso no verse limitada por fronteras. “Hay milicianos del Estado Islámico procedentes de todo el mundo. Es casi imposible recopilar inteligencia de todos ellos. Tal como el caso australiano, cualquiera de ellos podría atentar por su cuenta”, argumentó a El Colombiano.
Un papel ambiguo
Tal como aseguró Iriarte, las potencias occidentales ven con preocupación un rol un tanto tranquilo del gobierno del primer ministro, Recep Erdogan, frente a la amenaza yihadista. No solo para Occidente. El actual mandatario recibe críticas y señalamientos por parte de etnias como los kurdos, que se ven desamparados en su lucha contra el EI pasando la frontera, en especial en la localidad de Kobani (Ayn al-Arab), que ha adquirido relevancia internacional y que dejó en evidencia, en su momento, dicho abandono.
Tanto Iriarte como Turk ven en los kurdos la causa de cierta omisión que tuvo el gobierno de Erdogan frente a los yihadistas en los inicios del conflicto sirio, amparados en denuncias que ha tenido que sufrir la administración y distintos indicios que han trascendido, incluso, a la prensa internacional.
“En zonas como Ras Al-Ayn, cuyo nombre kurdo es Sere Kaniye, donde luchan milicias kurdas contra los insurgentes del Frente Al Nusra, las denuncias hacen notorio que Turquía ha favorecido indirectamente a los yihadistas. No hay pruebas tangibles de esto, pero sí hay muchos indicios. Entre ellos, un desertor de Al Nusra aseguró a Newsweek que él y su grupo tenían libre paso a Turquía, por lo que cada vez que querían atacar Sere Kaniye desde la capital yihadista, Raqqa, podían hacerlo fácilmente”, señaló Iriarte.
Respecto a la entrevista a la que se refiere, esta fue publicada por la reputada revista estadounidense el pasado 6 de noviembre, y en ella, el exmiliciano y desertor, bajo el alias de Sherko Omer, efectivamente se pronunció en ese sentido:
“Los comandantes del EI nos dijeron que no teníamos nada que temer porque había cooperación con los turcos. Nos aseguraron que nada nos iba a pasar al cruzar la frontera. Debíamos pasar desde Alepo o Raqqa a Turquía porque para atacar las ciudades kurdas no lo podíamos hacer a través de Siria. El Ejército Nacional del Kurdistán Sirio (YPG), nos hacía imposible una ofensiva directa”.
Sabiéndose estas y otras denuncias, el papel de Turquía en los últimos meses ha virado a una mayor cooperación con Occidente, pero con reticencias. “Por ejemplo, aún el país no permite la utilización plena de la base de Incirlik, desde donde en pasadas ocasiones E.U. ha lanzado ataques clave en sus operaciones de Oriente Medio. Por tanto, los bombardeos contra el EI tienen que realizarse de modo más complicado, desde el Golfo Pérsico o el Mar Mediterráneo”, sentenció Iriarte.
El asunto de usar Incirlik contra el EI continúa en discusión entre ambas naciones.
Refugiados y tensiones
Dos razones enumera Turk a la hora de explicar este papel ambiguo de Turquía, y ambas radican en la mentalidad de Erdogan. El actual primer ministro pretende un viraje islamista para una nación históricamente laica, y basa sus políticas solo en conveniencia electoral.
“Este creció apoyando revoluciones islamistas como la del 79 en Irán. Pensó que algún día podría construir algo similar en Turquía. La coyuntura del país se lo impide, pero Erdogan busca reformar el Estado hacia uno más islámico, así resulte aún moderado, en la medida de lo posible”, advirtió.
“Erdogan siempre fue muy astuto. En sus primeros años de gobierno, mintió con sus intereses de adherirse a la UE y con sus elogios a Obama, para que el Ejército no fuera a reaccionar luego ante sus reformas islamistas. Los militares son los guardianes del laicismo, y han hecho muchos golpes de Estado contra regímenes que quisieron cambiar eso”, recalcó.
Erdogan resulta ambiguo en política exterior (ahora se muestra como aliado de Rusia y reticente con Occidente a pesar de la histórica alianza de Turquía con la Otan), porque juega en pro de sus intereses inmediatos. Así es a nivel interno, según Turk.
“Mi mayor temor, como turco, es que, tal como apuntan analistas en el país, Erdogan siga enfermo de poder, y en las próximas elecciones siga buscando votos islamistas a la vez que promete un diálogo que no cumplirá con los kurdos. Las tensiones se están acumulando y una mayor disputa entre etnias podría ocurrir pronto”, advirtió Turk.
“Los kurdos de Turquía luchan, más que por independencia, por su participación democrática, el reconocimiento de su idioma y cultura. Pero el gobierno ha hecho lamentablemente lo contrario. Muchas prohibiciones contra ellos. Eso ha exacerbado las tensiones étnicas. Erdogan se ha vuelto adicto al poder, modificando la Constitución y volviéndola menos laica. A eso se le añade el tema de los refugiados sirios”, enfatizó.
En el vecino país, más de 10 millones de sirios se ven forzados al desplazamiento. Buena parte de ellos huye de la ensangrentada nación rumbo a tierras más tranquilas, aunque su éxodo a lugares sin guerra no lleve a que encuentren tranquilidad alguna. En la huida hay quienes viajan sin recurso alguno y se ve dependiente de organismos como la ONU.
Tres millones de sirios están en esta situación, la mayoría establecida en campos de refugiados del Líbano y Turquía, entre otras naciones. En esta última, las tensiones entre etnias está empeorando, y la entrada de cada vez más desplazados amenaza con agravar el tema. “Se podrían formar grupos paramilitares contra las minorías o refugiados”, alertó Turk .
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