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Las imágenes que trascendieron ayer alrededor del mundo, y que muestran a varios yihadistas martillando, con odio, estatuas de más de 3000 años y pertenecientes a una de las civilizaciones más antiguas (asirios), evidencian el grado de adoctrinamiento y extremismo que tienen los militantes del Estado Islámico (EI), enemigos hasta de la historia humana y sus vestigios.
En un video de cinco minutos, el grupo terrorista difundió el jueves propaganda que muestra la destrucción de decenas de estatuas históricas del Museo de la Civilización de Mosul, Irak, y que databan de los siglos VIII al VII a.C.
La indignación fue global. Entes como la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) rechazaron lo ocurrido. “Afrontamos una ideología fanática y totalitaria, que actúa en dos frentes: el de la dominación de un territorio y el del avasallamiento de los espíritus. Atacan a periodistas, escuelas, museos, el patrimonio, todo lo que encarna la libertad de pensamiento y la diversidad cultural”, dijo su directora general Irina Bokova.
Mandatarios como el primer ministro francés, Manuel Valls, fueron más allá: “Con las estatuas destruidas en Mosul una parte del espíritu humano y del universo se ha derrumbado”, escribió en Twitter.
Consultado por EL COLOMBIANO, Víctor de Currea-Lugo, escritor y experto en asuntos del Medio Oriente, explicó que el asunto no es nada reciente.
“Lo que va desde la destrucción, en los años 90, de las estatuas de Buda en Afganistán por parte de los Talibán, o la que hace Al Qaeda del material histórico y musulmán de la ciudad sagrada de Tombuctú en la guerra de Malí o la de julio de 2014, por parte del EI, de la tumba del profeta Jonás, en Mosul, corresponde a una misma lógica y discurso: para ellos todos esos monumentos y patrimonio son solo cosas profanas a destruir”, dijo.
Por su parte, el Imam Julián Zapata, cofundador del Centro Cultural Islámico, considera que estos hechos también demuestran la incapacidad de entes globales para defender los monumentos: “¿dónde está la acción de la Unesco, que a su vez lleve a una resolución de la ONU? Qué tal que el día de mañana se destruya el patrimonio de San Agustín en Colombia. Todo indica que el ente no tiene herramientas eficaces para impedir que estos hechos ocurran”.