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Era de Rafael Correa: entre la vida y la muerte por elecciones en Ecuador

Los ecuatorianos acuden hoy a elegir presidente, con el mayor descontento en diez años.

  • El principal candidato de la oposición, el banquero Guillermo Lasso, recorrió sin descanso el país.
    El principal candidato de la oposición, el banquero Guillermo Lasso, recorrió sin descanso el país.
  • El exvicepresidente Lenín Moreno es una de las caras más humanas y carismáticas del correísmo.
    El exvicepresidente Lenín Moreno es una de las caras más humanas y carismáticas del correísmo.
  • A pesar de los avances sociales de la era Correa, se han fortalecido sectores inconformes. FotoS afp y efe
    A pesar de los avances sociales de la era Correa, se han fortalecido sectores inconformes. FotoS afp y efe
La era Correa llega a una cita de vida o muerte
19 de febrero de 2017
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Rafael Correa cruza los dedos. Su bancada también está expectante. Aunque Lenín Moreno, el que prevé ser su sucesor, es el favorito para lograr la mayor votación en la primera vuelta, apenas una de seis encuestas augura que este evitará ir a balotaje con una oposición que espera unificarse para entonces.

Más aún, la mayoría de los ecuatorianos quiere que la situación actual de la nación cambie, por lo que en el escenario eventual de una segunda vuelta, las probabilidades son de la oposición.

Nunca, en 10 años de predominio de la izquierda en Ecuador, las cifras estaban tan precarias para el oficialismo. 52 % de la población desaprueba la gestión de Correa, según el último sondeo del Centro de Estudios y Datos (Cedatos), mientras que 62 % “no cree en su palabra”.

La economía no es la misma

Después de los tiempos en que el presidente gestaba notables avances para el país vecino en infraestructura y equidad, Ecuador ha pasado por un declive económico que parece augurar cambios políticos. Tal como explican analistas a EL COLOMBIANO, desde allí empiezan las debilidades del oficialismo.

“En Ecuador estamos viviendo un momento de transición, por un gobierno que ha llegado al límite, agobiado por la ineficacia en el manejo económico del país”, afirma César Rodríguez, candidato a la Asamblea Nacional por el partido opositor Fuerza Ecuador —además de presidente, en estos comicios serán elegidos 137 diputados—.

“Los ecuatorianos se han visto golpeados por la crisis económica y las más altas tasas de desempleo en años. No hay liquidez en las familias ecuatorianas por el manejo extremadamente errático del gobierno, con sus sobrecargas arancelarias y tributarias que están ahogando la economía familiar y a la economía en su conjunto”, agrega.

En anterior diálogo con este diario, Teodoro Bustamante, docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), coincide, pero agrega una arista crucial en ese descontento: “las clases medias están resentidas con el oficialismo por una serie de medidas que tomó el gobierno. Por ejemplo, exempleados del sector público se han visto afectados. El asunto más grave es la intervención que hizo Correa en los fondos de pensiones de muchas entidades. Eso ha pasado a una administración centralizada, con otras regulaciones y con una mayor precariedad respecto a los fondos a largo plazo”.

Los factores económicos han implicado, por tanto, una debilidad para el correísmo que llega a estas elecciones.

Oportunidad de remontada

En Ecuador, la Constitución dispone que en la primera vuelta resultaría ganador un candidato si su votación es igual o mayor del 50 %, o bien si es del 40 % pero supera a su inmediato rival por al menos 10 puntos porcentuales.

Aunque cualquiera de estos dos escenarios sería lo ideal para el oficialismo, un descontento como el que describen los expertos se hace sentir en los sondeos de intención de voto.

El pasado 8 de febrero, día en que por ley finalizó el periodo de presentación de las encuestas, la firmas publicaron sus últimas previsiones en la antesala a los comicios.

De seis sondeos, solo uno, el del Centro de Investigaciones y Estudios Especializados (Ciees), da al continuista Lenín Moreno la Presidencia en primera vuelta: 43 % de la intención de voto frente a 21 % para Guillermo Lasso, y 12,6 % para Cynthia Viteri. Todos los otros, incluyendo los más representativos, auguran la segunda vuelta en el país —se daría el 2 de abril—.

Por ejemplo, la encuesta de Cedatos, la más citada por medios locales e internacionales, deja a Moreno con 32 %, a Lasso con 21,5 % y a Viteri con 14 %. La de Market da 28,5 % para Moreno, 20,2 % para Viteri, y 18,3 % para Lasso. Por último, Perfiles de Opinión deja ganador al candidato correísta con 35 %, seguido de Lasso con 16 % y Viteri con 14 %.

En suma, según la mayoría de las encuestas —aunque 2016 demostró que no se debe confiar mucho en ellas—, el correísmo no lograría el triunfo contundente que necesita para evitar la segunda vuelta.

En ese escenario, la oposición tiene toda una oportunidad de sacar a la izquierda del poder, pero desde allí vendrían los verdaderos desafíos. Fundamentalmente, la clave de estos comicios será si los opositores podrán solucionar su fragmentación en caso de llegar al balotaje.

“La oposición está muy fragmentada, por lo que sus distintos candidatos (Lasso, Viteri y Paco Moncayo) aspiran a ser quien, tras una votación mayor a los demás, logre convergir todo el descontento ciudadano para apoyar su candidatura y unificar a los otros sectores”, explica Bustamante.

En diálogo con EL COLOMBIANO, Felipe Zarama, coordinador académico del Observatorio de Política y Estrategia en América Latina (Opeal), advierte sobre el difícil panorama que tiene la oposición aún si el oficialismo no pasa por su mejor momento.

“La supremacía del correísmo en Ecuador es todavía importante. Eso en parte se debe a que la oposición ecuatoriana no está unida. Yo no descartaría un triunfo de Lenín en primera vuelta. Pero en caso de que ocurra una segunda, será un panorama muy interesante. Tengo dudas de que la oposición presente una candidatura fuerte en torno a la figura de Guillermo Lasso”, asegura.

Lasso es un reconocido banquero —fue hasta 2012 presidente ejecutivo de Banco Guayaquil—, además de haber ascendido en la política durante gobiernos como el de Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez. Expertos como Zarama consideran que esa mezcla de banquero con político tradicional es una debilidad a la hora de acercarse al ciudadano, incluso al opositor.

Viteri, por su parte, inició como periodista y, tras su paso por el Departamento de Comunicación de Guayaquil (1992), tomó relevancia en cargos legislativos, como por ejemplo vicepresidenta del Congreso (2005-2006). Tiene el respaldo de sectores religiosos, siempre relevantes en Ecuador. El interrogante, en cualquier caso, será cuántos puntos en común tendrá ella con Lasso para una eventual alianza en segunda vuelta.

“Todas las fuerzas políticas opositoras tendrían que asumir su rol histórico de construir una plataforma de unidad para un gobierno de transición. De esa forma barreríamos en las urnas. Hay obstáculos para lograr eso. En especial la falta de generosidad de algunos sectores, que privilegian sus parcelas de poder particulares. Pero creo que la situación del país forzará a que las fuerzas confluyan en una agenda unificada”, augura César Rodríguez.

Indecisos, otra vez cruciales

Un dato es suficiente para explicar la importancia que ha tenido, en elecciones recientes, el alto porcentaje de ecuatorianos indecisos, que solo optan a último momento por una u otra propuesta política.

“En los comicios de 2009, Rafael Correa arrasó completamente con la oposición. Los votos en blanco (534.149) superaron a más de cinco candidatos opositores”, recuerda Zarama.

Como ocurrió entonces, en el presente hay un amplio porcentaje de ciudadanos indecisos (35 %), y por aquí pasa otra de las claves de los comicios de hoy en el país hermano.

“La elección por tanto no está decidida, y de cómo este sector opte, se va a saber qué es lo que va a pasar en estos comicios”, advierte Bustamante. Se fortalecerá un opositor, o el oficialismo barrerá como en 2009 y 2013. El escenario, en todo caso, es el mejor que ha tenido la derecha en más de una década.

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