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Igual fuerza a la exsecretaria de Estado y exprimera dama Hillary Clinton tendrá que tener el candidato que salga de las primarias republicanas, tras una lucha que expertos intuyen será enconada y expondrá sus debilidades. Marco Rubio (Miami, 1971), dijo el lunes que no teme a entrar en el ruedo y prevé ser la persona que represente las aspiraciones del Partido Republicano a la Presidencia tras 8 años de dominio demócrata.
Hijo de cubanos que llegaron al país en 1956, Rubio se graduó como politólogo de la Universidad de la Florida en 1993 y como abogado de la Universidad de Miami en 1996. De esa época el ahora precandidato republicano asegura que tuvo que endeudarse en más de 100.000 dólares para financiar dichos estudios y no los pagó sino hasta hace tres años.
Su entrada a las instancias de la política estadounidense se dio en 1999, cuando se lanzó para reemplazar la curul 111 de la Cámara de Representantes de Florida, que dejó vacante Carlos Valdés, con el propósito de ascender al Senado.
Progresó tanto en su debut político que en 2002 fue nombrado líder de mayoría y en 2006 presidente de dicha institución. En noviembre de 2010 fue su ingreso a la política federal en Washington al resultar electo senador por el estado de Florida. Desde temprana carrera, Rubio se adhirió a las políticas más conservadoras del Partido Republicano, al punto de formar parte del Tea Party.
Desde su llegada al D.C, Rubio se ha convertido en un acérrimo opositor a las políticas del presidente Barack Obama, jugando un papel crucial en obstaculizar sus reformas, aunque por ejemplo ha matizado su oposición radical en cuanto al tema migratorio. No obstante, no ha dudado en expresar su inconformismo frente al restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba y es una de las caras más visibles de la resistencia que hay en Washington frente al histórico anuncio.
¿Qué se puede esperar de Rubio en esta campaña que inicia y tiene posibilidades de frenar el avance de Hillary Clinton? Andrés Molano, docente de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, expresó su opinión de lo que implica su candidatura.
“Hay un rasgo que significa para Rubio, Ted Cruz, y posiblemente Jeb Bush una desventaja, y es que se desgastarán en las primarias, mientras que Hillary Clinton unifica por ahora a los demócratas. Pero aún no se puede decir que esto sea un factor que definirá absolutamente la campaña”, dijo.
“En E.U. los partidos tienen líneas muy diversas y la carrera presidencial nos va diciendo qué se puede esperar de un posible mandato de Rubio. En cualquier caso, si su candidatura supera las primarias, es probable que traicione en varios aspectos al voto hispano para captar más votantes, por lo que perdería esa base de apoyo, que vota si ve sus intereses representados”, agregó.