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Desde el 20 de marzo de 2003 —o mucho antes, según se vea—, los iraquíes no han vivido en en paz. Gran parte de la población se esperanza con que el camino hacia la misma se empiece a despejar desde ahora, con el inicio de la ofensiva sobre la crucial urbe septentrional de Mosul, para quitarle al Estado Islámico la última ciudad de importancia en su poder.
Ejército iraquí, kurdos, y potencias occidentales trabajan juntos con ese fin al iniciar ayer una acometida en tres frentes, con miles de soldados y un poderoso aparato bélico, para sacar a los extremistas religiosos de allí.
Mohamed al Bayati, jefe del Comité de Seguridad del Consejo de Nínive —cuya capital es Mosul—, informó a las agencias internacionales que las fuerzas iraquíes, así como la milicia aliada chií Multitud de los Clanes, concluyeron su despliegue en el eje sureño de la ciudad, especialmente en Al Qayara.
Asimismo, los peshmergas kurdos, quienes durante los últimos meses han derrotado al Estado Islámico en distintos frentes —incluido el sirio— se desplegaron en Al Kuir, al norte de Mosul, y en la zona oriental de Al Jazer, así como en otras áreas aledañas de cara a la decisiva batalla.
Al Bayati reveló que la salida occidental de la ciudad, hacia la región de Al Yazira —que conduce a Siria—, permanecerá vacía para expulsar con facilidad a los yihadistas al país vecino, según el plan trazado por EE. UU.
La ofensiva inició en las arenas iraquíes sobre la madrugada, ayudada por bombardeos aéreos estadounidenses y fuego de artillería, y pocas horas después ya se informaba de distintas localidades cercanas a la ciudad liberadas con facilidad del yugo de los extremistas religiosos. En total, al cierre de esta edición se sabía de nueve aldeas que fueron retomadas por las fuerzas aliadas.
Cinco de ellas son Basejra, Sheij Amir, Beda al Kjubra, Bedna al Sugra y Keberli, ubicadas en Al Hamdaniya, 17 km al noreste de Mosul.
Sobre la madrugada cayeron con facilidad y sin mayores bajas Shaquli, Teryala, Baskeratan y Jeraba Sultán.
Uno de los objetivos clave de la ofensiva es tomar control de la zona de Bashiqa, 14 kilómetros al norte de Mosul. Por este motivo, la artillería kurda está enfocada en bombardear fuertemente este lugar para preparar el despliegue de infantería y blindados.
4.000 peshmerga participan de la ofensiva, de las que ya murieron en combate siete, mientras que 11 resultaron heridos, informaron a Efe dirigentes de la Unión Patriótica de Kurdistán. Respecto a la población civil, Acnur calcula que hasta 100.000 iraquíes podrían huir hacia Siria y Turquía para escapar de los combates. La operación para retomar Mosul de las manos del terror es una esperanza.