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El Papa Francisco abandonó este lunes República Centroafricana con destino a Roma y puso fin a su primer viaje oficial a África, que durante seis días le ha llevado también a visitar Kenia y Uganda.
El avión papal despegó luego de una breve ceremonia de despedida oficial en el aeropuerto internacional de M’Poko de Bangui, en presencia de las autoridades de la transición y de los obispos centroafricanos.
Su visita a República Centroafricana, adonde llegó el pasado domingo, ha exigido medidas de seguridad extraordinarias debido al conflicto que mantienen desde hace dos años milicias cristianas y musulmanas, enfrentamiento que ha costado la vida a miles de personas.
El Papa ha llevado un mensaje de “paz” y “reconciliación” a los tres países africanos que ha visitado, donde la violencia y la falta de respeto a los derechos humanos es habitual, pero especialmente a República Centroafricana.
En un país donde los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes han provocado la muerte de miles de centroafricanos y el desplazamiento de cerca de un millón, la mitad refugiados en países vecinos, Francisco reclamó el “diálogo” para la reconciliación entre ambas comunidades.
Se espera que el avión del pontífice aterrice en Roma sobre las 18:45 horas locales.
Última ceremonia
El Papa Francisco celebró este lunes una colorida y multitudinaria misa en el estadio deportivo de Bangui que sirvió de broche final a su primera gira por este continente, ceremonia en la que pidió a los centroafricanos que se perdonen mutuamente y trabajen juntos por la paz.
El último servicio religioso que ofició el sumo pontífice antes de partir de vuelta al Vaticano estuvo salpicado, como en sus anteriores etapas, de bailes y cánticos envueltos en los colores de la bandera nacional, que añade el verde y azul a la simbología vaticana.
Durante el oficio, reiteró el mensaje central de su visita: “Dialogar con el que es diferente”.
Es necesario, predicó, “perdonar al que nos ha hecho daño, comprometernos a construir una sociedad más justa y fraterna en la que ninguno se sienta abandonado”.
“Ustedes, queridos centroafricanos, deben mirar sobre todo al futuro y, apoyándose en el camino ya recorrido, decidirse con determinación a abrir una nueva etapa en la historia cristiana de su país, a lanzarse hacia nuevos horizontes”, añadió.