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El mensaje del cambio y de la rabia triunfó en las primarias de New Hampshire, alas al socialista Bernie Sanders, ganador por los demócratas, y al magnate Donald Trump, favorito republicano, que ahora comienzan un camino más difícil en el sur y oeste de Estados Unidos.
Por primera vez, en las primarias del pasado martes, la victoria en New Hampshire fue, al mismo tiempo, para dos figuras ajenas al aparato de los partidos Demócrata y Republicano, lo que envía un fuerte mensaje de descontento que podría influir en las próximas primarias del país, indicó a Efe Anthony Corrado, profesor de Política en el Colby College de Maine.
“Los votantes están reaccionando a aquellos candidatos que pueden mover, reorganizar las cosas. Reaccionan a candidatos que dicen ‘voy a eliminar al gran Gobierno’, como Trump, o a candidatos que cargan contra los ricos, como Sanders”, resumió Corrado, experto en campañas presidenciales.
Para el profesor Michael McDonald, de la Universidad de Florida, tanto Sanders como Trump se beneficiaron de una alta participación y del voto de los “independientes”, ciudadanos no registrados con ningún partido y que en New Hampshire pueden votar en las primarias republicanas o en las demócratas.
Después del buen papel en los caucus (asambleas populares) de Iowa, la victoria de New Hampshire supuso un gran impulso para Sanders, senador por el vecino estado de Vermont que hizo historia al aglutinar el 60 por ciento del apoyo y vencer así a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton (38 por ciento).
La mayor baza de Sanders son los jóvenes entre 18 y 29 años, que apoyaron al legislador en un 83 por ciento en un estado que sin embargo no representa a E.U. demográficamente porque más del 90 por ciento de la población es blanca y casi no hay presencia de minorías, grupos que apoyan más a Clinton.
Consciente del terreno hostil, la exprimera dama no perdió el tiempo y, justo antes de las primarias, viajó a la ciudad de Flint (Michigan), inmersa en una fuerte crisis sanitaria y de gran peso de población negra, composición similar a la de Carolina del Sur, donde los demócratas celebran primarias el 27 de febrero.
Los hispanos también podrían jugar a favor de Clinton en Nevada, donde su campaña lanzó un anuncio en español.
Nuevo Hampshire también sirvió para reforzar a Trump, que lleva las de ganar en las primarias republicanas de Carolina del Sur, el 20 de febrero, donde las encuestas le confieren un 36 por ciento de apoyo por encima de los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, según la media de los sondeos de la web Real Clear Politics.
“El primer paso para demostrar que eres un ganador es ganar. Y eso es lo que hizo ayer Trump”, apuntó Corrado.
Quedan 271 días para las elecciones presidenciales de E.U. y mucho puede cambiar, pero lo que las primarias de New Hampshire demostraron es el descontento de los ciudadanos con la dirección del país, aunque la solución -en voz de Trump o de Sanders- tiene recetas casi irreconciliables .