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El primer impago de la enorme deuda pública de Puerto Rico es el preámbulo de un incumplimiento a gran escala de futuros vencimientos, lo que conducirá a una de las mayores reestructuraciones de la deuda pública de E.U..
Así lo vaticinaron ayer economistas y agencias internacionales después de que la Corporación para el Financiamiento Público no cumpliera durante el fin de semana con un pago a sus acreedores. La incertidumbre y la preocupación reinaron de inmediato, aunque significa solo una mínima parte de los 73.000 millones de dólares que adeudan las corporaciones públicas en conjunto.
El antiguo jefe de Análisis y Estudios Económicos del estatal Banco Gubernamental de Fomento (BGF) Santos Negrón señaló que una de las primeras consecuencias será la degradación de la deuda de corporaciones puertorriqueñas por parte de las agencias.
Negrón subrayó que es difícil predecir una solución, una vez que el Gobierno pretende cumplir ante sus ciudadanos con el mantenimiento de servicios y no tocar el empleo de los funcionarios, lo que según dijo parece difícil de conciliar con las exigencias de los acreedores que piden que el dinero público se destine a saldar la deuda.
A la preocupación expresada por los economistas se suman los anuncios de las grandes agencias internacionales de riesgo: Moody’s consideró como un impago propiamente dicho el incumplimiento por parte de PFC, sobre cuyo monto hay distintas versiones, que van de 57 a 94 millones de dólares, y apuntó que puede ser solo el inicio de otros venideros.
La agencia Standard and Poor’s también lo calificó de impago y presagia otros venideros por la falta de liquidez del Gobierno, y Fitch subrayó que está en línea con el anuncio hecho hace semanas por el gobernador Alejandro García Padilla, quien dijo que la deuda de Puerto Rico no se pagará en las condiciones negociadas.
Martha Quiñones, miembro de la Junta de Directores de la Asociación de Economistas de Puerto Rico, señaló a Efe que la solución pasa por estudiar qué se puede pagar y qué compromisos no se pueden asumir, además de asegurar que el caso de la isla caribeña se parece más al de Grecia que al de Detroit, que se declaró en julio de 2013 insolvente, con una deuda de más de 18.000 millones de dólares, y pasó así a ser la ciudad más grande de E.U. en sufrir una quiebra.