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Los demócratas iniciaron el lunes su Convención Nacional para elegir a Hillary Clinton como su candidata a la Casa Blanca, en medio de la polémica por unos correos que han revelado estrategias del partido para debilitar la campaña de Bernie Sanders en favor de la exsecretaria de Estado.
La convención, que se prolongará hasta el jueves en el pabellón deportivo Wells Fargo de Filadelfia, convertirá oficialmente hoy a Clinton en la primera mujer que aspira a la Presidencia del país por una de las dos grandes coaliciones de Estados Unidos.
Clinton aceptará formalmente la candidatura para medirse al republicano Donald Trump en las elecciones de noviembre con un discurso que cerrará la convención el jueves por la noche y que será presentado por su hija, Chelsea Clinton.
Este lunes, durante un desayuno con delegados de su estado (Florida), Debbie Wasserman Schultz, que renunció a su cargo como presidenta de los demócratas después del escándalo, fue abucheada por algunos de los presentes y poco después anunció su decisión de renunciar también a la tarea de inaugurar la convención, un rol que normalmente asume el líder de turno.
El lugar de Wasserman Schultz en la apertura de la convención lo ocupó Stephanie Rawlings-Blake, alcaldesa de Baltimore, quien se encargó de dar el martillazo de inauguración, después de la actuación de un coro compuesto por afroamericanos.
Mientras tanto, el senador Sanders pidió a sus seguidores que voten por Clinton con el fin de vencer en las elecciones al candidato presidencial republicano, líder a quien llamó “bravucón” y “demagogo”.
Sanders fue uno de los oradores principales de la primera noche de la convención junto con la primera dama de EE. UU., Michelle Obama, y la senadora Elizabeth Warren.
También intervino Astrid Silva, una conocida activista indocumentada en favor de los derechos de los inmigrantes, hoy será el turno del expresidente Bill Clinton y el miércoles el protagonismo recaerá en el actual mandatario de EE. UU., Barack Obama.
Entretanto, familias inmigrantes se manifestarán hoy en Doral (Florida) contra Trump, al que presentarán una simbólica factura por el costo de edificar un “muro de odio”.