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El Departamento de E.U. y la Unión Europea (UE) condenaron ayer las las redadas y detenciones de periodistas que hizo ayer la policía en Turquía por orden del gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.
“Esta operación va en contra de los valores europeos y de los estándares a los que Turquía aspira a formar parte y que son centrales en unas relaciones reforzadas”, afirmaron la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, y el comisario europeo de Política de Vecindad, Johannes Hahn, en un comunicado conjunto.
La organización Human Rights Watch dijo que las detenciones lucen como “otro intento de acabar con los medios de comunicación críticos”
Las redadas se realizaron en una decena de ciudades. Fueron detenidas, por lo menos, 24 personas, periodistas, productores de televisión y policías, por sus lazos con el movimiento liderado por el clérigo islamista moderado, Fethulá Gulen, quien vive en E.U. y que es un fuerte crítico del presidente Recep Tayyip Erdogan. Pretendían retener a 31 personas.
“Como amigos y socios de Turquía, urgimos a las autoridades turcas a garantizar que sus acciones no violan la libertad de prensa, el debido proceso y la independencia judicial y los propios fundamentos democráticos de Turquía”, dijo, por su parte, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, en un comunicado emitido en Washington.
La de ayer fue la ofensiva más reciente contra el movimiento del clérigo Gulen que, según el gobierno, orquesta un complot para tratar de derrocarlo. El gobierno sostiene que los seguidores del grupo estuvieron detrás de las acusaciones de corrupción que el año pasado obligaron a cuatro ministros a dimitir.
Gulen, que vive en un exilio autoimpuesto en Pennsylvania, niega las acusaciones.
Durante un discurso el sábado, Erdogan se comprometió a “desmantelar la red de traidores y hacerlos pagar”.