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El más joven emprendedor del mundo se llama Soroush Ghodsi, tiene 13 años, le gusta jugar fútbol y ajedrez y es el Director Ejecutivo (CEO) de Silk, una empresa creada para ayudar a inversionistas a encontrar las mejores ideas de negocios (startup) en cualquier lugar del planeta y que busca un espacio el mercado.
Radicado en la ciudad canadiense de Waterloo, Ontario, el niño que apenas se asoma a la adolescencia creció junto a su tío quien trabaja en el distrito financiero de la ciudad y que además le habló sobre Bloomberg (la firma estadounidense de programas, datos y noticias financieras).
Como el precoz Ghodsi ya negociaba con acciones, su inquietud se despertó y se encaminó a crear algo similar a Bloomberg, guardadas las proporciones. “Obviamente nada igual pues acceder a Bloomberg cuesta miles de dólares y realiza búsquedas en milisegundos”, dijo el pequeño al sitio thenextweb.com.
Si bien estuvo feliz en los negocios con acciones, en la compra de oro y en los negocios con commodities, en octubre del 2014 se decidió por las startups ya que además trabajaba en un código que le resultó práctico para mejorara la comprensión de las startups.
Mantener Silk, actualmente, le cuesta a Ghodsi unos cientos de dólares al mes pero confiesa que, a pesar de ser un obsesivo con el ahorro -guardaba el dinero que obtenía en los cumpleaños y las Navidades-, está tranquilo con la firma dedicada a buscar, filtrar y hacer seguimiento a las empresas sobre criterios como ronda de inversión, número de empleados y visitas a la página.
Acepta que no es fácil mantener sus ahorros con la apuesta de Silk pero se niega a captar recursos de su familia y amigos para invertir en la compañía y muestra su fuerte personalidad: “¿Qué sería de mí si aceptara ese dinero?”
El talentoso emprendedor se inició en el mundo de los negocios desde los ocho años cuando programó un juego que puso en venta en Internet pero que no funcionó, lo que lo llevó a buscar otros lenguajes hasta encontrarse con JavaScript y Python.
Ahora, aparte de intentar cambiar la forma de pensar acerca de la creación de nuevas empresas con sus datos, Ghodsi va a la escuela como un niño común. Este hijo de un científico de datos y profesor de automatización, afirma que le gustan las matemáticas, “aunque no me destaco, solo estoy en el promedio”.
Sobre si en un futuro irá la universidad o renunciará a ella para dedicarse a sacar adelante su empresa, el emprendedor de 13 años afirma que “la universidad depende de cómo van las cosas y cómo el mundo cambia, ¿verdad? Ir a la universidad, en un nivel fundamental que te cambia. Está comprobado desde una perspectiva social. Estadísticamente, los graduados universitarios tienen mejores resultados”.
Con un discurso que hace olvidar que es un niño de 13 años, Ghodsi critica el sistema educativo y considera que un modelo ideal tendría a las personas aprendiendo el 100% del tiempos.
Incluso se arriesga a vaticinar que en el futuro los hoy niñas de 8 o 9 años se adecuarán a través del móvil que es donde consumen internet hoy en día y concluye que “el gran problema en la escuela no es lo que no enseñan, se trata de cómo se construye el sistema. Se tarda demasiado tiempo para cambiar la educación”.