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“Venezuela necesita una tercera fuerza para superar su fractura”: disidente

Nicmer Evans, uno de los principales disidentes chavistas, dialogó con EL COLOMBIANO.

  • En las calles de Venezuela se vive la confrontación entre el oficialismo y los opositores. Sin embargo, cada vez se ven más disidentes que salen a rechazar al gobierno de Nicolás Maduro. FOTO reuters
    En las calles de Venezuela se vive la confrontación entre el oficialismo y los opositores. Sin embargo, cada vez se ven más disidentes que salen a rechazar al gobierno de Nicolás Maduro. FOTO reuters
04 de agosto de 2017
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Con filas cada vez más cerradas para perseguir a quienes tienen opiniones distintas, violaciones a los derechos humanos, intransigencia para sumir a un país en una debacle económica, el régimen de Nicolás Maduro no solo se radicalizó frente a la oposición, sino que fue enemistándose de una sociedad civil y unas bases chavistas que fortalecieron a su antecesor: Hugo Chávez.

Las rupturas internas del chavismo y en general de la maltrecha izquierda venezolana son evidentes hoy en lo que representa la fiscal general, Luisa Ortega Díaz. Pero esas rupturas comenzaron hace cuatro años, tras la muerte de Chávez, y uno de los primeros disidentes, que vaticinó el estancamiento actual, hoy lucha por conformar fuerzas independientes.

En entrevista con EL COLOMBIANO, el politólogo Nicmer Evans, argumentó que esas fuerzas nuevas pueden garantizar el retorno de una democracia que no se autodestruya en el odio y el sectarismo.

¿Cómo interpreta la elección a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)?

“Esta no va a resolver en nada los problemas que está viviendo el país. A pesar de los resultados oficiales por parte del gobierno, que dice que participaron ocho millones de venezolanos, no hay capacidad de verificar el monto de las personas que votaron. Pero en todo caso los asuntos que de verdad preocupan a la gente no podrían ser resueltos por esa vía, ya que son esencialmente económicos, como opina 88 % de la población.

Difícilmente lo que no ha hecho el gobierno con el poder que ya tenía lo rectificará ahora con la constituyente, ya que esta la utilizará solamente para aplastar adversarios”.

¿Qué tendrían que hacer ahora los sectores adversos al régimen de Maduro?

“Lo que queda de aquí en adelante es que los actores políticos que se oponen a Maduro, y me incluyo en ellos, tanto gente de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), como quienes no pertenecemos a ella, reconozcamos que no hemos sido eficientes con el logro de nuestros objetivos. Claro, con responsabilidades asimétricas, porque es evidente que la MUD tiene una incapacidad crónica para ser una alternativa de poder, a pesar de que en algún momento haya capitalizado el interés electoral. Sin embargo, no tiene capacidad de conducción para solventar el problema, dio al traste con la posibilidad del diálogo con el gobierno para impedir que se realizará la ANC, y hoy no le propone ninguna salida al país.

El resto de sectores que no son de la MUD, pero tampoco del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), debemos estar atentos a no cometer los mismos errores, pero también poder plantear alternativas reales y efectivas para evitar que esta neodictadura del siglo XXI, conducida por Maduro —y ahora por Diosdado Cabello, quien se presume será quien presida la ANC—, venga a imponer aún más un régimen totalitarista que viole los derechos humanos, lo que acaba de ser denunciado como delitos de lesa humanidad por la fiscal general Luisa Ortega Díaz”.

Usted formó parte del proyecto chavista, pero ¿cuándo se distanció del PSUV?

“En el momento en que Hugo Chávez muere, y se ve la actitud de los que se autoproclamaron ‘hijos de Chávez’, varias individualidades y organizaciones empezamos a deslindarnos de lo que iba a ser y está siendo la línea política de Maduro. Yo llevo cuatro años desligado del PSUV, formé parte de Marea Socialista, un partido independiente, y hoy he constituido el Movimiento por la Democracia y la Inclusión (MDI), del cual soy vocero. Durante estos cuatro años hemos visto incorporarse a este sector crítico a muchos que formaron parte del gabinete de Chávez: Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio, Cliver Alcalá Cordones, Gabriela Ramírez, y últimamente la fiscal Ortega.

Hemos asumido una postura adversa al régimen sin ser parte de la MUD, un sector que siempre ha representado la incapacidad de construir planteamientos propios y de entendimiento, que permitan sumar a las mayorías. No obstante, desde el punto de vista táctico entendemos que la MUD tiene el mismo objetivo nuestro, impedir que se instaure una dictadura en el país. Necesitamos buscar acciones concretas para restablecer el orden constitucional y democrático en Venezuela, y así seguir debatiendo nuestras visiones disímiles de país”.

¿Es necesaria una tercera vía política viendo la actualidad estancada de Venezuela? ¿Qué apoyo está logrando?

“Sí, especialmente por los errores cometidos por la MUD, nuestro posible electorado se incrementa. Lamentablemente es incuantificable esto, porque no hemos tenido posibilidad de participar electoralmente. Nos han inhabilitado desde el punto de vista político y partidista. Desde que estábamos en Marea Socialista nos impidieron sacar tarjeta electoral. Tampoco ha habido elecciones desde 2015, por lo que no podemos medir la fuerza que tenemos en este momento.

Este contexto favorece la polarización. Aún cuando los números indican que la potencialidad de una tercera fuerza pudiese canalizarse de forma exitosa, actualmente no hay un partido político que pueda hacerlo porque no estamos en democracia en este momento, pero estamos convencidos de que el país necesita una alternativa distinta al enfrentamiento que nos ha agobiado durante los últimos años y que no ha dado resultado mayor que el de sumergirnos más en la crisis”.

La fiscal denunció fraude, tal como la firma de las máquinas de votación.. ¿usted coincide?

“Es evidente que sí. Y es matemática elemental: Maduro en el peor momento para el país, de crisis económica y política, con la más baja popularidad, supuestamente logró obtener el 30 de julio más votos que lo que obtuvo Hugo Chávez en la elección de 2012, la mayor cifra en la historia del proceso revolucionario. En pocas palabras Maduro intenta decir que hoy tiene más apoyo que Chávez, y eso no lo admiten ni muchos chavistas, que ven como un irrespeto la estafa electoral que se acaba de concretar”.

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