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La vida desde un carro eléctrico

La Twittercrónica de esta semana hizo un recorrido en uno de estos vehículos con su dueña.

  • Emma Arango fue la segunda persona natural en Antioquia que compró un carro eléctrico.
    Emma Arango fue la segunda persona natural en Antioquia que compró un carro eléctrico.
03 de julio de 2015
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“Ya está encendido”, dijo Emma Arango. El carro no hizo ningún ruido. Apenas se iluminó la luz del tablero que decía ‘Go’ (avanzar). La Twittercrónica estuvo ahí para vivir de cerca la experiencia en el Twizy, el primer carro eléctrico de venta masiva en Colombia. Emma ya lleva diez días con él.

Es un automóvil biplaza, lo que significa que tiene espacio para dos ocupantes, uno detrás del otro. Sus puertas se abren hacía arriba en forma de tijera, lo que le añade un aire de Lamborghini a este pequeño vehículo ensamblado en España.

Las ventanas, que son un accesorio opcional, están hechas de plástico transparente que se cierran mediante una cremallera, lo que le resta elegancia al automotor.

El interior es sobrio, posee una pantalla que brinda información general sobre el estado de la batería, una barra iluminada que le dice qué tan ecológico es al manejar y la velocidad en la que va ( 80 kilómetros es la máxima). Tres botones para activar la marcha, permanecer en neutro y reversar, lo hacen un carro automático. La única palanca que tiene es el freno de mano.

Sus asientos son de un material resistente al sol y al agua. Y el puesto del conductor es amplio aunque la silla no es reclinable. En cambio, sentarse en la parte de atrás es difícil pese a que es para personas de hasta un metro noventa de estatura.

La batería del Twizy permite recorrer entre 80 y 100 kilómetros dependiendo de la forma de conducción y la topografía de la ruta. Se carga en un tomacorriente de 220 voltios, que a Emma le costó 100.000 pesos instalar en su casa, por un periodo de tres horas y en un día. El carro viene con enchufe europeo por lo que se debe comprar una extensión de la marca que convierta el toma a uno americano.

Según cifras de Renault, el costo aproximado de cada recarga en casas de estrato seis en el país, es 2.400 pesos (de uso de energía). La vida útil de la batería es de 8 a 10 años aproximadamente, lo que le preocupa a Emma, pues su valor, por ahora, es de casi la mitad del precio total del carro.

En nuestro recorrido por Rionegro, las miradas de asombro y los niños que señalaron el vehículo fueron recurrentes. Al llegar al parque principal, en menos de cinco minutos, una veintena de personas se acercaron a nosotros.

Otoniel Castro, uno de los curiosos que paró su moto para mirar el carro eléctrico, expresó: “Es una belleza, me llama mucho la atención que no necesite combustible, el estilo es muy bonito, mire el montón de gente que está admirada con el carrito”.

Arango ratifica que la admiración que genera el Twizy no es de solo un día. “El carro es como si tuviera su propia personalidad. A donde llego, todo el mundo me pregunta cosas”. Una de las más usuales es si ese tipo de auto puede desplazarse bien por la topografía montañosa de Medellín. Y esa fue una de las principales dudas de ella cuando lo compró. Lo probó en la loma de San Julián, en El Poblado, y efectivamente subió sin problemas.

¿Apuesta con futuro?

En cuanto a los aspectos legales de este vehículo, la conductora nos explicó que requiere SOAT, tiene una placa normal y está exento de medidas como el pico y placa y el día sin carro. Al momento de asegurarlo, relató, le pusieron condiciones muy estrictas y el servicio le pareció bastante caro por ser “un carro exótico”, como le dijeron en las aseguradoras.

Aunque el costo es elevado, para personas como Emma que lo usa para ir del trabajo a la casa y para hacer diligencias durante el día, resulta ser una buena opción. “No entrar a una bomba de gasolina es una maravilla. En el otro carro me gastaba 500.000 pesos mensuales en gasolina y con el Twizy me gastaré 72.000 pesos en las recargas”,

Así es la costosa apuesta por el medio ambiente que ella con firmeza y , hasta ahora felicidad, ha hecho realidad.

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