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Las travesías de J.M.G. Le Clézio

El Nobel de Literatura conversó en el Hay Festival con Juan Villoro. Colección con sus mejores frases.

31 de enero de 2015
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Las calles de una ciudad colonial, que pueden ser las de cualquier ciudad. Con personas que van de un lado a otro, afanadas, que portan escarapelas, que van de una conferencia a otra, que hacen fila, que conversan, que callan. Son las mismas calles por las que transitan trabajadores, estudiantes, vendedores que hablan de lo cotidiano, hombres que esperan el turno en una barbería, que se reúnen en una esquina, que parecen seguir su vida, sin percatarse de los visitantes.

Esa ciudad puede ser cualquier ciudad. Podría ser la que se traza en El diluvio, la novela del Nobel de Literatura J.M.G. Le Clézio, que creó para situar a Francois Besson, y cuya primera edición remite a 1966. En ella no hay calor, como en esta del Caribe, sino una lluvia torrencial, que no da tregua, que inunda, que genera un furioso oleaje. Sigue vigente la historia de Besson y las palabras de Le Clézio que describen una ciudad, que hablan del anonimato, de la opresión espiritual, del estar vivo o muerto mientras se transitan los días, de “las gentes que marchaban numerosas por la acera”... “Era una aventura sin otra gracia que la de liberarse de sí mismos en esta ciudad”. Sus palabras allí son imágenes poéticas.

Cuando le otorgaron el Nobel de Literatura en 2008, la Academia Sueca dijo que era el escritor “de la ruptura, de la aventura poética, de la sensualidad extasiada, investigador de una humanidad fuera y debajo de la civilización reinante”. Y es que este autor, nacido en 1940, consigue con sus palabras avivar una llama interna en el lector, la de la pasión por una literatura que traslada, que inspira, que enriquece con sus mundos.

Con una existencia nómada, este escritor ha cambiado de “estancia”, más de una vez, aunque “los mejores viajes ocurren en la literatura”, afirma. Nació en Niza, en una familia vinculada con la colonia francesa de las islas Mauricio. La travesía entre Panamá y Colombia, después de la publicación de El diluvio, con comunidades indígenas, influenció su perspectiva literaria y renovó su confianza en lo que hacía, como lo mencionó hace algunos años. La fascinación por el tema indígena, sus viajes a través de la escritura, la literatura casi como un concepto místico, que se abre paso entre la gente, lo definen. Son los itinerarios de Le Clézio.

* Invitada por el BBVA

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