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‘Medellín y Bogotá pueden aprender de Nariño’
Así lo considera Camilo Romero, gobernador del departamento. En su primer año de gestión tuvo que lidiar con el aumento de cultivos ilícitos.
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Camilo Romero llegó a la Gobernación de Nariño con apoyo de la Alianza Verde. FOTO Cortesía
10 de enero de 2017
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Nariño quiere dejar de lado esa imagen de “departamento olvidado”, “inalcanzable” y “periférico” que tanta fuerza ha tomado en las últimas décadas. También quiere dejar atrás los problemas que han desangrado al territorio, como los cultivos ilícitos y el conflicto armado. La Gobernación tiene registradas 417.851 víctimas del conflicto, el 82% por desplazamiento forzado. Además, en Putumayo y Nariño, según la Undoc, se concentra el 49% del total de los cultivos de coca.
Camilo Romero, el gobernador actual de Nariño, cree que 2016 fue un año importante no solo por la consolidación del proceso de paz, sino porque pudo poner en marcha proyectos poco conocidos en el país, como la cátedra futuro en colegios rurales. Su plan de desarrollo fue seleccionado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) como el mejor del país.
Una de sus apuestas es la consolidación de un nuevo gobierno, ¿cómo va ese proyecto?
“Hemos avanzado en tres pilares: gobierno abierto, innovación social y economía colaborativa. Logramos consolidar el plan participativo más grande del país: un total de 45.000 personas participaron en la construcción del plan de desarrollo. Ahora, el gobierno abierto implica transparencia, participación y colaboración ciudadana. Si usted se fija, ya declaramos públicamente los bienes de los 40 funcionarios con nivel decisivo en la Gobernación, incluyendo los recursos que tienen en las cuentas de ahorros. Ahora lo que sigue es montar todos los presupuestos del departamento en línea y mostrar cómo se invierten, incluyendo el momento de la contratación, que es lo más importante” .
¿Cómo han avanzado en innovación social?
“Tenemos el primer centro de innovación social en el departamento. Ya tiene espacio físico y la idea es tener la casa de nuevo gobierno, que es prácticamente una antítesis de cómo funciona la gobernación. Queremos que la ciudadanía se apropie de las nuevas herramientas que estamos creando. Queremos demostrarle al centro que desde este sur tan lejanos estamos proponiendo un gobierno en el que la ciudadanía puede ejercer control”.
Además del centro, qué otros ejemplos tiene...
“Un ejemplo concreto. En el municipio de La Florida hay 120 estudiantes que ya están viendo la cátedra futuro en el colegio. Además de aprender historia, los pelados están aprendiendo sobre ‘creative commons’, ‘hackathon’, ‘e commerce’, etc... Los niños de las veredas más lejanas están conociendo las nuevas tendencias y las nuevas tecnologías. Puede que no logremos conectar a Nariño con las vías 4G, pues no tenemos recursos, pero sí vamos a tener conectividad en todo el departamento”.
¿Cómo va el programa de libre aprendizaje?
“Es un programa con la Universidad de Nariño. Van 500 personas vinculadas que asisten a cursos que profesores dictan de manera voluntaria y gratuita. El estudiante también asiste de manera gratuita. Este es, a su vez, un ejemplo de economía colaborativa”.
Recuerdo que en el último paro camionero usted dijo que era evidente la forma en la que persistía el centralismo...
“Nosotros no estamos en ‘la gran reivindicación de la autonomía del pueblo contra el centro’. Yo quiero a Bogotá profundamente, es el escenario donde nos encontramos todos. Pero sí creo que se debe dar un diálogo sobre cómo aplicamos la descentralización. Uno de los grandes argumentos es que no se puede aplicar la descentralización porque en las regiones hay corrupción. ¿Qué pasa cuando en Nariño planteamos el primer gobierno abierto?”
Nariño tiene dos puntos de preagrupamiento, ¿qué han encontrado allí?
“Sí, en Policarpa y Tumaco estamos haciendo todo lo posible para que avance. Tenemos claro que solo el camino de la paz es el que le puede garantizar a la población de Nariño el buen vivir. Dejo claro algo: yo no voy a ser un gobernador que le ponga palos en la rueda al proceso . Confiamos en que la paz se consolide. Esas zonas ocupadas por las Farc tienen que ser ocupadas después por la Fuerza Pública y posteriormente por presencia institucional. Creemos en esa paz, en la de las oportunidades”.
¿No le preocupa que el Eln llene esos espacios?
“Totalmente. La invitación al Eln es a que se una al proceso de paz, necesitamos una paz completa en Nariño. Para nosotros la paz es la única opción. Cuando se rompió la tregua con las Farc en mayo de 2015, Nariño fue el departamento más golpeado de Colombia”.
Sin embargo, persisten los cultivos ilícitos y la minería ilegal...
“Yo le dije al Gobierno Nacional que mientras no superemos esos dos temas, ahí estará el combustible de todos los conflictos. En cultivos ilícitos tenemos un criterio y es que no le apostamos ni a la fumigación ni a la erradicación, sino a la sustitución de cultivos. Ahora tenemos registradas 11.500 familias que se verán beneficiadas del programa de sustitución de cultivos en 2017. El tema de minería es bastante complejo. Le he pedido al Gobierno Nacional la intervención de la Fuerza Pública, porque la voluntad de la ciudadanía es que no pase la locomotora minera por Nariño, es decir, no a la minería a gran escala y tampoco a la minería ilegal”.
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