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Una línea de transporte público de Reading, en el Reino Unido, utiliza buses que funcionan con gas natural comprimido o biometano, procedente de las heces de las vacas. Además son los más rápidos del mundo con ese combustible, alcanzaron el récord de 123 k/h aproximadamente.
Apodados estiércolbus, están equipados con un chasis y una caja mecánica de la firma Scania y con neumáticos Michelin, se propulsa gracias al biometano suministrado por Gas Bus Alliance (GBA) y son fabricados por Alexander Dennis. Circula normalmente a una velocidad máxima de 55 mph, alrededor de 88,5 km/h.
“El biometano resultante de la digestión anaeróbica es muy limpio y produce niveles muy bajos de contaminantes como partículas y óxidos de nitrógeno, y es una fuente de energía carbono neutral, es decir que su recolección, producción y uso no aumenta la presencia de CO2 en la atmósfera”, según Jake Osman, director de marketing y comunicaciones de la red de transporte.
La unidad Bus Hound, de la red de transporte público de Reading, ciudad del sudeste de Inglaterra situada a medio camino entre Londres y Oxford, la conforma una flota de treinta y cuatro autobuses que utilizan el Gas Natural Comprimido (GNC).
El vehículo lleva en su parte superior siete tanques donde se almacena en estado líquido el biometano que se obtiene en una planta de la compañía donde la materia prima son excrementos de vacas.
Lo que busca esta iniciativa es ayudar a incentivar el uso de gas natural comprimido (GNC) como combustible viable y el biometano, en particular. La compañía también quiere desafiar viejas percepciones para promover la ciencia, la tecnología y la innovación en esta industria.
El proyecto es similar al del Bio-Bus también en Reino Unido que funciona con biometano obtenido de los restos de comida de las heces humanas. Este bus que ya circula por las calles de Bristol, tiene una capacidad para transportar 40 pasajeros y recorrer 300 kilómetros por cada tanqueada.