<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Ciudades deben proteger su biodiversidad

Naturaleza Urbana, libro destacado por entes internacionales, resalta el valor de la biodiversidad citadina.

  • La relación de los habitantes de las urbes con la naturaleza es ocasional para muchos de ellos. Se desconoce la vida que hay alrededor y no se valora. FOTO Julio César herrera
    La relación de los habitantes de las urbes con la naturaleza es ocasional para muchos de ellos. Se desconoce la vida que hay alrededor y no se valora. FOTO Julio César herrera
24 de enero de 2017
bookmark

La biodiversidad también se vive y se siente en las ciudades y su conservación es un reto.

De eso trata Naturaleza Urbana, un libro con 30 experiencias en distintas ciudades colombianas, publicado por el Instituto Humboldt.

Es una de las ocho lecturas sobre ciudades recomendadas por Ciudades Sostenibles, blog del Banco Interamericano de Desarrollo.

Para The Nature of Cities, uno de los 90 libros relevantes sobre ciudades “que cada quien debería leer”.

En él hay varias experiencias de Medellín, como la ya reseñada en EL COLOMBIANO sobre la importancia de los árboles grandes y viejos para limpiar el aire citadino.

Pero, ¿por qué pensar o trabajar la biodiversidad en las ciudades, por lo general urbes donde prima el concreto?

Juliana Montoya Arango, líder de la línea de Investigación de Biodiversidad en Entornos Urbano-Regionales del Humboldt, considera que “las ciudades son a su vez una presión y una oportunidad para la conservación de la biodiversidad. Por un lado, la urbanización puede ser vista en un escenario negativo como la causa de la destrucción y fragmentación de los hábitats nativos; y por otro lado, como el lugar para asegurar la provisión de los beneficios de la naturaleza que están estrechamente vinculados con el bienestar de los habitantes urbanos”.

Esa dependencia de la naturaleza, agrega, “se nos olvida en las ciudades, en donde los habitantes cada vez están más desconectados con la relevancia de los procesos ecológicos que sustentan nuestra vida”.

Una amnesia ecológica generacional, como la llama, que “reduce nuestra capacidad de apreciar y custodiar la naturaleza, en especial en Colombia siendo un país megadiverso con más de 85 tipos de ecosistemas generales”.

No solo la biodiversidad es fuente de materiales y energía que alimentan el metabolismo de las ciudades, dice, sino que es “el sumidero que procesa la gran mayoría de sus residuos y emisiones atmosféricas, además de múltiples beneficios como la regulación climática, mitigación al cambio climático, aporte de espacios públicos no mercantilizados, cohesión social, sentido de pertenencia, justicia y equidad ambiental”.

Por eso aboga por “un cambio de paradigma en nuestras decisiones urbanas en donde la biodiversidad es el elemento principal en los procesos de planificación urbana y gestión ambiental”.

En el prólogo Erik Gómez-Baggethun expresa que “la diversidad de experiencias recopiladas en esta obra apunta a que cada vez son más los colombianos que desde las calles, el pensamiento académico y la administración pública han empezado a desafiar un modelo de desarrollo urbanístico que viene dejando a su paso un largo sendero de deterioro ecológico y conflictos ambientales”.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD