Esto no es un lobo

Desde la extraña aparición de un lobo gris en La Estrella, varias personas han reportado haber visto otros. Pero no se trata de lobos.

FOTO jaime pérez

Días después de haber publicado en EL COLOMBIANO una historia sobre la extraña aparición de un lobo gris en La Estrella, Antioquia, un lector llamó y dijo que cerca a una casa que construye en un condominio en Sopetrán ha visto desde hace cinco meses una pareja de lobos como el de La Estrella.

(Lea aquí: El misterio del lobo que apareció en La Estrella)

—Ellos salen por aquí, pero salen más tarde. Ayer salieron a las 9:30 p. m. —dijo Luis Castañeda, el director de la obra, señalando la parte baja de una colina.

—Pero, ¿ese no es el lobo? —dije al ver a un animal comiendo algo en el piso. En efecto ese era el “lobo”, o más bien, un zorro, Cerdocyon thous, conocido como “zorroperro” o “zorro común”. “Es un habitante bastante común de nuestros ecosistemas, inclusive encontrándose en el Valle de Aburrá. No hace mucho tiempo rescatamos un neonato del cerro de Las tres cruces, en Belén Rincón. También han aparecido atropellados en la vía a Santa Elena, Las Palmas y el Escobero”, dice Juan Camilo Restrepo, coordinador de fauna de Corantioquia.

La confusión viene del hecho de que los cánidos es una familia que incluye a los lobos, zorros, chacales, coyotes y el perro doméstico, con alrededor de 45 especies en todo el planeta. En Colombia existen seis géneros y seis especies, y en Antioquia se habla de tres géneros y tres especies.

A pesar de que no están en peligro de extinción, sí tienen diversas amenazas, como el atropellamiento en las vías y situaciones como el envenenamiento que se dio el mes pasado en Concordia, Antioquia, como venganza por cazar gallinas de los campesinos.

Esta situación es de extrema gravedad, porque la desaparición del zorro en el ecosistema haría salir de control las especies de las que se alimenta, como roedores, anfibios, aves e insectos. “Además, estos cánidos también se alimentan de frutos, por tanto, son buenos dispersores de semillas, renovando de esta forma los bosques”, afirma Restrepo.

Las gallinas que se coma este animal deben tomarse como un pequeño impuesto de la naturaleza para mantener el equilibrio que el hombre amenaza de manera constante. Piénselo dos veces antes de atentar contra ellos. Sin zorros es muy posible que usted no vuelva a comer su fruta favorita.