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Si no llega su presa, si la planta no ha florecido y los frutos no aparecen, ¿qué puede pasar?
Tal vez sería como esperar una medicina para salvar una vida y que no llegue.
Eso, más o menos, es lo que está sucediendo en la naturaleza: el cambio climático, al parecer, está influenciando el tiempo de interacción de las especies.
Si la mariposa y las abejas aparecen cuando no hay flores o la ardilla cuando no hay frutos podrían estar en aprietos.
El tiempo es todo en la naturaleza. Y a la hora de alimentarse también.
Un estudio, el primero que contempla un número grande de especies, mostró que el tiempo de reproducción para varias especies se adelantó cuatro días en cada periodo de diez años y el de interacción entre especies (animal-planta por ejemplo) anda desfasado en seis días por década con respecto a lo que se presentaba antes de 1981.
Heather Kharouba y colegas de la Universidad de Ottawa, a partir de investigaciones realizadas entre 1951 y 2013, levantaron una base de datos que incluyó 27 estudios de eventos de sincronía (tiempo) de 54 pares de animales terrestres y acuáticos interactuantes.
El desafase en los eventos de tiempo para muchas especies se ha acrecentado en los últimos 35 años con respecto a lo que sucedía en décadas anteriores.
“Logramos mostrar que en promedio el tiempo relativo entre eventos biológicos vitales, como la fecha de la primera flor versus el momento de aparición de los insectos en la primavera, es diferente de lo que era antes de comienzos de los 80”, explicó Kharouba.
No en todos los casos se halló un desfase, reportó la investigación, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences. Es decir, no hay una tendencia sólida en los cambios en las interacciones entre los pares de especies
Los investigadores advirtieron que “cualquier cambio en el tiempo relativo de interacción entre especies podría representar una interrupción en esa relación con consecuencias para el bienestar de una o ambas”.
También explicaron que los cambios recientes en fenología (esa ciencia que estudia la relación entre los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos) y la sincronía “podría no estar ligada directamente con el calentamiento desde comienzos de los 80”.
Pero los hallazgos sí sugieren alteraciones relacionadas con el cambio climático.
“Los cambios en la base de la cadena alimenticia podrían tener un efecto dominó. Por ejemplo, el tiempo relativo de florecimiento de organismos unicelulares tipo planta y animales microscópicos en el fondo del lago Washington, está desfasado ahora en casi 34 días”, explicó Kharouba.
En Países Bajos, por ejemplo, el gavián euroasiático está llegando tarde a cenar: su presa, el herrerillo común, un pájaro, está llegando casi seis días antes en los últimos 16 años.
Y en Groenlandia las plantas están creciendo tres días antes que el caribú, así que más crías están muriendo porque no hay suficiente comida.
Para otros pares de especies, los ciclos se han cerrado y ahora están más pegados en una estación. “No hay una indicación clara de que esto se va a detener o hacer más lento en el futuro cercano”.
Pero hay muchas preguntas sin respuesta que ameritarán más investigaciones.
“¿Cómo se está afectando la polinización? ¿Habrá más depredadores o disminuirán”, se preguntó el investigador.
El reto, escribieron en su artículo los científicos, es mejorar la capacidad de predecir la dirección del cambio y entender todas las consecuencias para comunidades y ecosistemas.
Bajo una temperatura más cálida, la mayoría de las especies adelantan sus hábitos, pero especies interdependientes no siempre se mueven al mismo ritmo.
Esa velocidad de cambio es la clave de un fenómeno que parece extendido.